miércoles, 14 de septiembre de 2016

SI, A LA PAZ

El próximo 2 de octubre tendrá lugar el plebiscito sobre el acuerdo de paz alcanzado entre el Gobierno colombiano y las FARC, la guerrilla más antigua del continente. En teoría éste acuerdo  supone el final de una guerra que ha durado 52 años. 

He sido un testigo directo durante al menos 2,5 años, de los más de tres que han durado la negociación, como residente en Bogotá e involucrado en todo lo que tenía que ver con el mismo; asistencia a debates, a mesas redondas, lectura de tribunas de opinión y lectura de toda la información que tanto el Gobierno como las FARC suministraban. Así que me he permitido opinar sobre la marcha del mismo en este blog que mantenía mientras residía en Colombia. Esta será la última entrada.
 
Delegaciones del Gobierno y de la guerrilla, la noche final de las negociaciones
Este proceso ha tenido muchos enemigos. Las élites que han hecho suculentos negocios con la guerra, hasta un sector del ejército que apoyó a los paramilitares en las numerosas masacres que realizaron, para finalizar con ciertas capas de la población urbana, egoísta e insensible, que no han sufrido la guerra y que se están creyendo las medias verdades y las mentiras del Centro Democrático, partido de  Álvaro Uribe, único que apoya el no en el plebiscito.

Al respecto hay que reconocer la coherencia de ese partido. En todo el proceso aportó propuesta constructiva alguna, puso todas las estacas posibles sobre las ruedas de la negociación y tengo la sensación que a ese partido no le vale este acuerdo, ni cualquier otro. No es problema de contenidos.

El acuerdo contiene ciertas dosis de impunidad  a cambio de la verdad. Los responsables de delitos atroces pagaran ocho años de restricción efectiva de la libertad, a cambio de la verdad, para los que confiesen antes del juicio. Una vez iniciado éste, las penas serán las normales de código penal colombiano.

       Juan Manuel Santos y alias Timochenko se cruzan carpetas. Enfrente de Raúl Castro.

A mi juicio con este acuerdo vamos a poder conocer la verdad de la violencia en Colombia. La de las Farc, la del Ejército, la de los paramilitares, la del Estado y la de los empresarios e instituciones  que financiaron a los  paramilitares para realizar asesinatos y desplazamientos de la gente.  Porque lo que se somete a plebiscito permitirá aplicar la justicia transicional, contenida en el mismo, a todos los actores de la violencia, no únicamente a las Farc.


Creo que va a ser muy importante para el país tratar de conocer lo ocurrido en este medio siglo. Colombia necesita una especie de catarsis. Además de poder cambiar la economía de guerra, de los últimos decenios, por otra social, que destine recursos a la sanidad y a la educación. Iniciar el proceso de paz con un SI es lo más inteligente en estos momentos y así lo han entendido las victimas que mayoritariamente se han pronunciado.





P.D. Alcanzar la paz en Colombia es un hito tan interesante, que merece la pena publicar esta entrada en un facebook tan poco apropiado como éste. Será una excepción. 

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