Durante mi estancia en Bogotá
visitaba y asistía con frecuencia a eventos en el Centro de Memoria, Paz y
Reconciliación, que se ubica en la carrera 19b con 24, a un costado del
cementerio Central y sobre la Avenida de la Reconciliación. Ver: http://centromemoria.gov.co/
En esas visitas me solía cruzar con
una chica que trabajaba en el Centro, a la que saludaba sin habernos presentado
nunca y me correspondía con el suyo y una sonrisa. Era Alejandra Gaviria Serna.
Con mi saludo quería expresar admiración a una mujer, posiblemente víctima, que
viene trabajando denodadamente en pos de esclarecer la verdad de lo ocurrido en
Colombia y en favor de las víctimas.
Efectivamente, Alejandra era hija de Francisco
Gaviria, líder estudiantil, ejecutado y hecho desaparecer junto con otros 4.000
militantes y simpatizantes del partido Unión
Patriótica, por agentes del Estado y paramilitares entre 1985 y 1994, en
una campaña de genocidio político. Él lo fue el 10 de diciembre de 1987.
Mientras tanto Alejandra Gaviria se
ha licenciado en Historia en la
Universidad Nacional de Colombia y su trabajo de tesis para el Doctorado ha comprendido
el análisis de los distintos mecanismos de representación de las víctimas de la
violencia política y la imagen que se ha construido de ellas dentro de la
sociedad a partir de los distintos medios de comunicación. Su trabajo en el
centro es como coordinadora del área de comunicaciones y además se organiza en el Movimiento Nacional de Victimas de Estado. http://www.movimientodevictimas.org/
Alejandra Gaviria en un afiche |
He escuchado recientemente un par de
intervenciones de Alejandra. La primera ante el Presidente de la República,
Juan Manuel Santos, en el acto de la creación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición, celebrada el pasado 5
de abril, donde se ganaron el derecho a intervenir en el pleno, como
organización de victimas que son y en la que solicitó al Presidente, durante su
intervención, que para conocer la verdad
de lo ocurrido en Colombia era condición indispensable desclasificar ya los
archivos de inteligencia.
La segunda, en el Congreso de la
República, cinco días más tarde coincidiendo con Día nacional de la memoria y
solidaridad con las víctimas del conflicto armado. Su intervención se puede leer en el siguiente
enlace: http://www.movimientodevictimas.org/?q=content/d%C3%ADa-de-la-memoria-y-la-solidaridad-con-las-v%C3%ADctimas-del-conflicto-discurso-de-alejandra
Así y todo no quiero sustraerme de publicar
uno de los párrafos de su intervención: Además,
esperamos que el Congreso y la sociedad colombiana después de habernos
escuchado de manera atenta, se dé cuenta que nosotros en ningún momento hemos
pedido la muerte, la venganza, el odio como camino para la solución de este
conflicto y, por tal motivo, esperamos que las víctimas no volvamos a ser
utilizadas para propagar esos mensajes y ganar votos. Nosotros lo que queremos
es que podamos pasar la página de la guerra y el conflicto en Colombia y que en
este país se respeten los derechos de todas y todos. ¡Si tienen alguna duda al
respecto, pregúntenosla a nosotras! Tenemos voz y nuestros muertos también. A
esa pregunta nosotros les diremos: “ninguna muerte más a nuestro nombre, ni a
nombre de nuestros muertos”; que estamos listas para ser agentes activos de la
construcción de una paz basada en el respeto de los derechos, basada en la
Verdad y en las garantías de no repetición.
Alejandra desde la tribuna del Congreso |
En fin, intervenciones llenas de
sensatez y coraje, que es lo que Colombia necesita. Desde aquí queremos dar
nuestro aliento y nuestro apoyo a todas las Alejandras de Colombia y en
especial a la que conocemos: a Alejandra Gaviria Serna.
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