Los
Museos de la Memoria son espacios que surgen en escenarios de violencia, de
violación a los Derechos Humanos, de conflictos armados y de guerra, donde se
hace necesario una reparación simbólica e integral a las víctimas para que no
haya repetición.
Hace
unos días el consorcio arquitectónico colombo-español formado por el estudio
colombiano MGP Arquitectura y
Urbanismo y el español Estudio Entresitio han dado a
conocer nuevas imágenes del desarrollo
del proyecto, del que será el futuro Museo
Nacional de la Memoria de Colombia. Han pasado cerca de dos años desde la
decisión del jurado que les confió su construcción, mediante un concurso
internacional en el que se presentaron 72 propuestas.
Mientras
tanto, desde el Centro Nacional de la Memoria Histórica, llevan tiempo
debatiendo los contenidos y la filosofía del museo, desde la dirección de Martha Nubia Bello, investigadora social
que lideró y coordinó las investigaciones del informe Basta Ya. Con ello se trata de cumplir con la Ley de Reparación Integral a las Víctimas, del 2011.
Desde
la dirección se señala que el inicio de la construcción del edificio se estima
para comienzos del próximo año, que durará 18 meses su construcción, esperando
su apertura en la segunda mitad del 2019. Contará con el Archivo Nacional
de Derechos Humanos, va a tener un centro de documentación, biblioteca sobre
temas de paz y conflicto, salas de exhibición permanentes y temporales y
auditorios para una programación académica, artística y cultural.
Vista aérea del futuro museo sobre la calle 26 con carrera 30 |
Se
quiere que el museo apele al dialogo. Se
busca construir un espacio donde prime el debate democrático, la escucha de las
diferencias, donde se reconozca al otro como ser humano. Lo que se va a exponer
tiene que tener sustento científico, académico y jurídico, lo que se diga en el
museo no podrá ser fruto ni de la invención, ni de la subjetividad del curador
o del guión.
Se
expondrán historias y dolores entrelazados, se expresarán distintas maneras de
leer y entender lo que pasó. Por esto, se deben reconocer las diferentes voces,
tanto la de las víctimas, como la de los victimarios y la fuerza pública;
entendiendo siempre que esta no es una guerra que se pueda contar con una
división tajante entre los bandos de los buenos y el bando de los malos, ya que
eso sería reduccionista, inútil e inservible para Colombia.
Acceso al Museo desde la carrera 30 |
Incluir
las voces del victimario es importante por tres razones: la primera, porque su
testimonio contribuye al esclarecimiento de los hechos. La segunda, porque lo
que cuenta el victimario debe ser objeto de interpelación, permitiendo a la
sociedad verse en un espejo y decir eso jamás debió haber sucedido. Mientras
que la tercera, sirve para reconocer que el límite entre víctima y victimario
es complejo.
También
se pretende incluir las voces de la fuerza pública, con el objetivo de
que se reconozcan las víctimas causadas por ella en el museo y de interpelar, a
su vez, la responsabilidad que estos tienen. Todas estas historias deben ser
reconocidas.
Sala de exposiciones del futuro museo |
Por último
y tras los acuerdos de La Habana, al museo se le ha asignado la tarea de
difundir y divulgar los resultados de la Comisión
de la Verdad. El museo debe de ayudar a cumplir los compromisos del Estado
y promover medidas de reparación simbólica, que tienen que ver con la
arquitectura conmemorativa de los territorios.
La
existencia del futuro museo trata de dejar un legado, una constancia, un
ejercicio reflexivo del pasado para no solamente hacer un inventario de hechos
y de horrores, sino para poder determinar qué hizo posible que ocurriera lo que
ocurrió. Con el objetivo de poder asumir la responsabilidad de lo sucedido y
emprender la tarea de transformación necesaria para cumplir con la no
repetición.
La
ubicación del futuro museo en la calle 26, coincidente con el llamado eje
de la memoria de Bogotá, donde se encuentra el cementerio central, los
cementerios inglés, alemán y hebreo, los columbarios del cementerio central, la
sede del Centro de la Memoria, Paz y Reconciliación del Municipio, El Parque de
la Reconciliación, la Plazoleta de Galán y el busto de Gaitán. La construcción
del museo, sin duda enriquecerá este importante eje, convirtiendo a Bogotá en
la Ciudad Memoria de Colombia.
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