sábado, 26 de mayo de 2018

UNA PRECIOSA INICIATIVA SIMBÓLICA EN COLOMBIA


El pasado 17 de mayo en Tunja, capital del Departamento de Boyacá, en Colombia, se realizó una preciosa iniciativa de contenido simbólico, pero también práctica. Consistía en intercambiar algún recipiente plástico, que aportaban los vecinos, por un cesto confeccionado por los artesanos locales, con fibras naturales, dentro de la campaña: más fibra menos plástico.

Se trataba de reducir los consumos plásticos para volver dentro de lo posible a los antiguos canastos para realizar las compras cotidianas. Se repartieron más de 3.500 cestos.

Emblemas de la campaña
Colombia, por su situación en la franja intertropical del planeta y por sus condiciones físicas, climáticas y orográficas es el paraíso de la diversidad vegetal, con más de 27.000 especies de plantas reconocidas. Por tanto, no les faltan especies vegetales que les aportan, según qué tipo de canastos, las fibras convenientes. La sabiduría campesina hace el resto.

En estos tiempos, en los que estamos rodeados de plásticos, con las costas invadidas de esas basuras, islas de plástico de muchos km2 en los océanos, y hasta los peces que nos comemos lo alojan en sus vísceras, una iniciativa como la de Tunja, tiene un significado muy especial.

Los canastos del trueque en Tunja
Además, las gentes de Colombia tienen una sabiduría ancestral en torno a los embalajes naturales. El hombre primitivo, debido a su aislamiento, resolvió el problema del embalaje de muchos productos, especialmente de los alimentos, a través del aprovechamiento de las hojas de algunas especies vegetales. Estos embalajes todavía siguen siendo perceptibles en ese país.

Ojalá otros departamentos sigan con esta iniciativa. Aparte de la campaña de concienciación, dar vida al monte mediante la recolección ordenada de las plantas adecuadas, el secado, procesado y teñido de las fibras, darían trabajo a ese importante sector de artesanos colombianos. 

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