Para los que no somos del gremio, como es mi caso, este ilustre botánico
catalán era un desconocido. La primera toma de contacto
con este personaje fue a través de una exposición que la Universidad Nacional
de Colombia organizó, titulada: Josef
Cuatrecasas y el herbario Valle, en su sede de Palmira.
La curiosidad me lleva a conocer más a este personaje de una dilatada
carrera científica. Nació en Campodrón, Gerona, en 1903, se licencia muy joven
en farmacia, doctorándose en 1928 con una tesis de contenido botánico. En 1931, obtiene la cátedra de Botánica Descriptiva de la facultad de
farmacia, en la Complutense de Madrid.
En 1932 toma contacto con Colombia al ser comisionado del Gobierno Español
en el centenario de José Celestino Mutis. Impresionado por la diversidad de la
flora colombiana, elige a este país como centro de sus investigaciones. En esos años, el Jardín Botánico de Berlín
financiaba las expediciones que hacia
durante algunos meses, para el estudio de la flora colombiana.
Cuatrecasas catalogando plantas sobre
el terreno
|
Durante la guerra civil española ejerció de Director del Jardín Botánico de
Madrid. Durante ese periodo rescató para su estudio los herbarios derivados de
las expediciones históricas, como la de Sessé y Mociño, o las propias
recolecciones de Mutis, derivándolas a especialistas transatlánticos cuando era
necesario. Se ocupó de que las láminas de Mutis fueran evacuadas de Madrid a la
vez que los fondos pictóricos del Prado.
Al finalizar la guerra civil decide abandonar España, manteniendo una
posición muy crítica e irreconciliable
con la dictadura franquista; decide no volver
España mientras gobierne el dictador. En ese momento se instala en
Colombia ejerciendo como profesor en la Universidad Nacional de Colombia en la
sede Bogotá y en la facultad de Agronomía de la Universidad de Palmira, hasta
1947.
Frailejones sobre un páramo |
En 1983 fue nombrado director honorario del Real Jardín Botánico de Madrid.
En sus últimos años legó su extensísima colección de tipos nomenclaturales al propio
Jardín Botánico y su biblioteca al
Instituto Botánico de Barcelona, una institución municipal de enorme solera,
donación con la que quiso subrayar su condición de catalán que amaba su tierra.
Muere en Washington en 1996, cuando tenía 93 años. Actualmente sigue estando
considerado como una eminencia mundial
en el estudio de la flora tropical de los páramos.
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