El
tamal es un preparado culinario, de origen Mesoamericano, confeccionado con
masa de maíz rellena de múltiples ingredientes, lo que produce una gran
diversidad de variedades de tamales.
Etimológicamente
la palabra tamal significa envuelto y aunque en algunos países se denominan de
otra manera, la predominante es la original. Ya los cronistas españoles la
citaban en sus diarios existiendo varias referencias de Fray Bernardino de Sahagún. Este citaba: Comían también tamales de muchas maneras;
unos de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no del todo redondos ni
bien cuadrados… Otros tamales comían que son colorados. También citaba que: no solo era comida de la gente común, sino
de los nobles, de los sacerdotes en ceremonias especiales de ayuno.
Hablar
gastronómicamente de los tamales es muy complicado y no es el objeto de esta
entrada, pues, siendo un plato de gran aceptación en todo el continente, cada
país y dentro del mismo cada departamento o cada región, elaboran ciertos tipos
de tamales, por lo que no es exagerado manifestar que deben existir varios
cientos de variedades en todo el continente. Existen monografías publicadas por
países sobre la descripción y las
recetas de los mismos.
Algunas portadas de libros sobre tamales |
Vista
la diversidad de tamales existentes por países y la gran aceptación que tienen,
no es aventurado manifestar que el tamal es el emblema gastronómico del continente
americano.
En ciudades
donde he estado algunas temporadas como Lima, Bogotá o México DF, los rituales
en torno a la degustación de los tamales son mayoritariamente aceptados. En Lima y Bogotá existe la costumbre de
desayunar tamales los fines de semana. En la primera ciudad las tamaleras los venden
en las esquinas de las calles y en las puertas de las panaderías. En la segunda,
las panaderías y pequeños bares los ofertan con mucho éxito. En México es
comida cotidiana, incluido los dulces a modo de aperitivos.
Pintura de Hugo Orezzoli, representado una tamalera en las calles de Lima |
Durante
este año llevo trabajando en la preparación de una pequeña publicación de distribución
gratuita sobre el embalaje tradicional con hojas vegetales y la industria de la hoja. Tengo por costumbre, cuando acudo a países
extranjeros, visitar los monumentos, las plazas, los recursos naturales y culturales
que poseen. Me gusta, especialmente,
visitar los mercados, por aquello que alguien decía que como mejor se conoce a
un país es sabiendo lo que comen sus ciudadanos. Lo hago en los de las ciudades
y en los de los pueblos.
CONTINUARÁ
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