La
isla de Mompox ubicada en el Departamento de Bolívar se forma por la
bifurcación que toma el río Magdalena a la altura del municipio de El Banco:
uno es el brazo de Mompox, que desde este punto hasta la Boca de Tacaloa tiene
cerca de 145 kilómetros de extensión y transporta un caudal de 633 metros
cúbicos por segundo. El otro es el brazo de la Loba, de 175 kilómetros de
longitud y un caudal de 5.724 metros cúbicos por segundo, luego de recibir las
aguas de los ríos Cauca y San Jorge. La isla de Mompox la conforman seis
municipios: Cicuco, Talaigua Nuevo, Mompox, San Fernando, Margarita y Hatillo
de Loba.
Además
de estos dos brazos, la isla está conformada por una serie de caños, ciénagas, meandros,
madre-viejas y demás humedales, los cuales le dan una característica muy
particular en términos ambientales y forman lo que se conoce como una parte de
la depresión momposina. Esta isla, y en general toda la Depresión, ha
sufrido a lo largo del tiempo un proceso de hundimiento debido al peso de los
sedimentos y a su localización entre fallas geológicas activas. Algunos
cálculos indican que en los dos últimos milenios este hundimiento pudo haber
fluctuado entre cerca de 2 y 5 metros.
Pintado del croquis de Orlando Fals Borda en Historia doble de la costa .Tomo I. Obsérvese la isla de Mompox en verde y los brazos del Magdalena. |
En
casi todos los municipios de la isla de Mompox cerca del 80% del territorio se encuentra
en zonas bajas, como ciénagas, caños y pantanos, mientras el restante 20% está
constituido por tierras planas donde se encuentran los cascos urbanos y rurales
del municipio, la mayoría de los cuales sufren las arremetidas de las crecientes
del rio Magdalena.
La
Depresión Momposina está sujeta a los períodos de crecidas y de estiajes del río
Magdalena y sus derivaciones. Durante el período de lluvias y crecientes, la mayoría
de estos municipios se inundan hasta en un 80% de su territorio. Este sistema
aluvial de crecientes presenta elementos a favor y en contra: proporciona fertilidad
a los suelos, pero así mismo ocasiona las inundaciones, que afectan a la economía
y a las condiciones de vida todas las poblaciones de la subregión.
Según
las variaciones del nivel de las aguas del río Magdalena, el año hidrológico se
puede dividir en cuatro períodos: en marzo se tiene el mínimo nivel del agua. De
abril a octubre se da un aumento progresivo del nivel de ríos y ciénagas. De noviembre
a diciembre se presenta el máximo nivel de aguas y luego en enero- febrero
disminuye el caudal de los ríos hasta llegar a su nivel mínimo en marzo.
Mapa del buscador Google sobre Colombia. Obsérvese las laminas de agua de la depresión momposina |
En
consecuencia este territorio se inunda gran parte del año, convirtiéndose en un
enorme reto para la población y para la economía anfibia de la subregión. A
pesar de su aislamiento y pobreza, en este hábitat de humedales los habitantes
de la depresión Momposina han establecido una cultura y una economía anfibia,
para adaptarse al medio natural.
Durante
el período de lluvias y de inundaciones, la ganadería y la agricultura disminuyen
su actividad, mientras se incrementa la pesca. En el caso de la isla de Mompox, se practica la
trashumancia, ya que durante el período de inundaciones la mayoría de las haciendas
ganaderas quedan bajo las aguas. Esto obliga a los ganaderos a trasladar su
ganado a zonas altas del Departamento del Magdalena. En época de estiaje el
ganado regresa a las zonas bajas en donde crece el pasto una vez ha bajado la
inundación.
Recogemos aquí las manifestaciones de un campesino de Santa Coa, de nombre Sebastián Arroyo, a Orlando Fals Borda
durante su trabajo de campo para la publicación Historia doble de la costa, en su tomo I Mompox y la Loba, publicado en 1979, que
reproducimos integramente. Decía así:
Santa
Coa no era tan pobre y atrasado como lo ven ahora, nos dice. Tuvo su buena
época, cuando podíamos trabajar y producir para nosotros
mismos. Aprendimos a vivir de la pesca, la caza y la agricultura. De todo
sabíamos, como sabemos todavía porque nuestra vida es una lucha permanente en
que debemos defendernos en tierra y en agua, con todo lo que encontramos.
Sembramos plátano, yuca, ñame, maíz y frutales aprovechando los seis meses en
que el río no nos inunda los playones baldíos que quedan, y levantamos puercos,
gallinas, pavos, morrocoyos y otros animales.
Cuando
pega el hambre nos vamos a la ciénaga a cazar yuyos y ponches, a pescar bagre y
bocachico con anzuelo o atarraya, y a matar nutria y babilla para vender el
cuero. Claro que hay que conocer bien estos oficios, pero ello nos viene en la
sangre. De generación en generación van corriendo los secretos del agua y del
barranco: cómo caminar sobre el badume flotador de la ciénaga; cómo canaletear
con fuerza y gobernar la balsa de troncos para que no coja por torrentes sin
salida; cómo defender las huevas de las dentelladas de la nutria; cómo ahumar
el armadillo y pegotear el loro real; cómo evitar el fuete de la marimonda;
cómo rajar y coser el vientre de la iguana viva para sacarle
su sarta de huevos harinosos; cómo desprenderse sin mosquear las sanguijuelas
que se pegan en las piernas desnudas; cómo, en fin, vadear el pantano sin
temerle al tigre, al guío o al pérfido caimán.
¡Es
una cultura "anfibia", exclamó, no sin cierta admiración y envidia de
citadino ante tamaño logro ecológico. Porque combina la eficiente explotación
de los recursos de la tierra y del agua, de la agricultura, la zootecnia, la
caza y la pesca, como los malibúes que se quedaron en Santa Coa.
Recreación de la cultura hidráulica
Sinú. Acuarela perteneciente a la publicación: Colombia Anfibia, un país de humedales. Tomo 1.
|
Esta cultura anfibia es la continuidad de la cultura
hidráulica prehispánica de los Sinú, que en la zona fueron maestros en la
construcción de canales para manejar
el agua de las inundaciones, aprovechar la zona para la agricultura y
establecer una numerosa población.
Me gusta conocer de dónde nace nuestra cultura latente redescubrir nuestra identidad de quienes somos y rescatar esta bella naturaleza que impacta en nuestras vida llena cánticos secretos y que prevalecen en el tiempo esta es mi tierra
ResponderEliminarOh mi tierra sagrada orgullo de mi saber eres la más bella historía que en el corazón de sus montañas, caños ciénagas y ríos yace el silbar del viento nítido y sombrío.Desde lejos se oye las voces del chavarri y el canto de una chicharra en un día bochornoso de una gota de lluvia distraída que enajena el escenario de la enseñanza del pensamientohumanistico y creativo de la conciencia nativa de los pueblos de la hermosa región momposina.
ResponderEliminarTalaigua Nuevo Bolívar es uno de los municipios ribereños de la depresión momposina, lleva a cabo cada año en el meses de julio el encuentro de la cultura anfibia. A la fecha de hoy este encuentro lleva 35 ediciones.
ResponderEliminar