El río
Magdalena gracias a su posición geográfica que corta las ramas andinas, es la
principal arteria fluvial del país a pesar de no ser el río más largo y más
caudaloso de Colombia. Tiene una longitud de 1.500 kilómetros y es navegable
desde el mar Caribe, donde desemboca, hasta Honda.
Este río
fue por el que se adentraron los
conquistadores españoles para salvar la agreste y accidentada geografía
colombiana, hacia el interior del país, donde fundaron Bogotá. En consecuencia,
el río Magdalena a lo largo de la
historia ha sido preponderante en el comercio y el intercambio de bienes:
transporte, trueque, importaciones, exportaciones, pesca, aprovechamiento de
las tierras aledañas al río, haciendo del río un patrón primordial en la
economía nacional.
En la
época de la colonia, Mompox fundada el 3 de mayo de 1537 por Alonso de Heredia,
fue significativa para la vida económica y política de la Nueva Granada. Por
ella, ubicada junto a un brazo del río Magdalena, circulaban las mercancías
provenientes de diferentes regiones del país, que buscaban los puertos de
Cartagena y Santa Marta como punto de enclave del comercio internacional.
También circularon productos de toda clase que entraban en el territorio
nacional provenientes de Europa o las Antillas. Debido a su ubicación
estratégica en la ruta que conectaba el Caribe con el centro administrativo y
de gobierno, establecido en Bogotá, era paso obligado para la mayor parte de la
burocracia imperial designada para desempeñar sus servicios en la Nueva
Granada, y para el correo oficial.
Pintado del croquis
de Orlando Fals Borda en Historia
doble de la costa .Tomo
I. Obsérvese la isla de Mompox en verde y los brazos del Magdalena.
|
En el siglo XVIII se
posibilitó a los colonos locales el acceso
a la tierra para la constitución de haciendas y además pudieron comprar títulos
nobiliarios ofrecidos por la corona
española. Esta élite supo aprovechar la estratégica posición de Mompox en las
comunicaciones que se establecían por el río Magdalena, y desarrolló
rápidamente redes comerciales que le permitieron ampliar las fronteras de su
economía. Dicho comercio impulsó el establecimiento de un gran número de
artesanos de todo tipo en la villa, lo cual señalaba cierto nivel de vida entre
sus habitantes y la importancia de las actividades agrícolas y mineras en la
vida social local. Junto con el comercio, la navegación que primero se hacía en
canoas, piraguas y champanes, vio con la llegada de vapores a inicios del siglo
XIX, un incremento en el número de embarcaciones que transitaban por el puerto.
Municipio de El Banco; a la izquierda brazo de la Loba, enfrente brazo de Mompox. Abajo llegada del Magdalena |
A
mediados del siglo XIX un fenómeno natural terminó aislando la isla de Mompox: el
río Magdalena cambió de curso, lo que
implicó el acelerado secamiento del brazo de Mompox, en beneficio del brazo de
Loba. En los siguientes años, la navegación a vapor siguió utilizando
esporádicamente el brazo de Mompox, pero en 1862 todo el flujo ya se realizaba
por el de Loba. Esto generó la decadencia de Mompox y el auge de Magangué,
ciudad que empezó a organizar hacia mediados del siglo XIX una gran feria
comercial, a la cual llegaban compradores y vendedores de todo el país.
Puerto fluvial de Magangué |
A
pesar de las dificultades causadas por el aislamiento, las familias
tradicionales momposinas conservaron en buen estado sus casonas señoriales. En
efecto, por el estado de conservación del conjunto de sus edificaciones del
centro histórico, la ciudad de Mompox fue declarada Monumento Nacional en
1959 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.
Paseo fluvial de Mompox. A la izquierda el río |
Ese
aislamiento, consecuencia del fenómeno natural descrito, ha generado
en Mompox una sociedad receptiva que, según nos decía el guía de la oficina de turismo, ha permitido la conservación de las hermosas
casas coloniales.
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