Se
define al páramo como un ecosistema tropical de alta montaña que se desarrolla
por encima del área del bosque y tiene su límite en las nieves perpetuas.
Hablando de altitudes se ubican entre los 3.200 y los 4.800 metros de altitud. Estos
se encuentran en Venezuela, Ecuador y, sobre todo, en Colombia.
Al
ser la temperatura media de un páramo de unos 5ºC, la
riqueza biológica que alberga es única, pues la mayor parte de sus especies han
desarrollado complejas adaptaciones para poder vivir bajo las condiciones
climáticas extremas de este ecosistema. Mecanismos para retener el agua,
protegerse del viento y mantener una temperatura adecuada, hacen posible la
existencia de la vida en estas elevadas alturas donde se ubican.
La variedad de plantas y animales presentes en el
páramo deriva de la alta diversidad de hábitats allí desarrollados, como las
lagunas altoandinas, las turberas y los pantanos. Además brinda importantes
servicios ambientales, gracias a sus características ecológicas especiales.
Uno de los servicios fundamentales que el páramo
presta tanto a sus moradores como a la sociedad en general, es la continua provisión de agua en cantidad y
calidad. Los suelos de los páramos de origen volcánico, por sus
especiales características, se llenan de
agua, siendo ésta retenida por un periodo relativamente largo y liberada lenta
y constantemente. Así, el páramo no debe considerarse un productor de agua,
sino un recogedor de ella y un regulador de su flujo. El agua proviene de la
lluvia, la neblina y los deshielos.
Campo de frailejones en el páramo Guantiva-La Rusia. Cordillera Oriental |
Así es como en Colombia las principales ciudades
andinas, entre ellas Bogotá, el agua para el consumo se surte de los páramos
que las circundan y cómo cada vez es mayor la sensibilidad hacia la
conservación integral de los mismos, sacando la minería ilegal que en ellos se
ejerce y limitando la agricultura sobre todo de la papa y la cebolla.
La especie botánica más conocida de los páramos es el
denominado frailejón. Son unas
plantas de tronco grueso, generalmente único, con hojas suculentas y velludas
que se disponen en una apretada espiral formando una roseta en la parte
superior del tallo. Las hojas muertas a lo largo de éste, en lugar de caer,
permanecen protegiéndolo. Esta serie de adaptaciones fisiológicas se deben a
las drásticas condiciones climáticas de las alturas andinas como el frío y alta irradiación ultravioleta. Cumplen una
gran función en los páramos de absorber el agua de las neblinas y conservarla.
Estas solo se conocen en los páramos de Ecuador, Venezuela y Colombia.
Flores del frailejón |
Fue descrita por el gaditano Celestino Mutis, Director de la Real Expedición Botánica del Nuevo
Reino de Granada- 1773-1808- y las denominó como Espeletias en honor del virrey de la Nueva Granada, José
Manuel de Ezpeleta. Otro naturalista
español exiliado en Colombia, Josef
Cuatrecasas, los estudio en profundidad nombrando varios géneros estrechamente
emparentados con Espeletia: Coespeletia, Ruilopezia, Libanothamnus
y Espeletiopsis, cuyas especies también son conocidas comúnmente como
frailejones. Ver entrada:
El frailejón no es únicamente un retenedor del agua de las neblinas, además
posee propiedades curativas ya que se
considera capaz de prevenir tumores, además de ser antihipertensiva y
antiinflamatoria. También se considera que es un excelente antioxidante a nivel
celular gracias al ácido kaurenoico que posee. Las hojas preparadas en infusión
calman las afecciones renales. La resina es la materia prima para la
fabricación de jarabes contra la tos. También se usa como ungüento y el té o cataplasma
preparado con las hojas, combate el asma y otras enfermedades de las vías
respiratorias.
También sus hojas han servido para envolver productos
lácteos, sobre todo la mantequilla en los páramos de la zona de Mérida, en
Venezuela.
Moneda de 100 pesos, representando al frailejón |
He conocido frailejones de unos 3 metros de altura
en las inmediaciones del estadero Don Pastor, en el camino de acceso a la entrada
al Parque Nacional El Cocuy. En su
interior, donde no pudimos entrar por problemas de orden público, los hay de
unos 8 metros por las fotografías que he visto.
Finalmente el Banco de la Republica ha decidido inmortalizar
esta importante planta, recogiéndola en una de sus monedas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario