domingo, 13 de abril de 2014

LAS HORMIGAS CULONAS EN COLOMBIA

Las hormigas del genero Atta laevigata, más conocidas como hormigas culonas en Colombia, son un manjar comestible que se ha puesto de moda ahora que la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, sostiene que comer insectos puede ser una posible solución al hambre en el mundo. Ver http://www.fao.org/docrep/018/i3253e/i3253e00.htm
 
Esta hormiga ya se recogía en los tiempos precolombinos por los guanes en el Departamento de Santander del Sur.  Se recogen en primavera durante unas semanas cuando  salen de sus  galerías buscando los rayos del sol para aparearse. Las reinas son las únicas comestibles. Estas se conocen por su abultado abdomen.

Imagen de una hormiga culona

Para su elaboración se les arrancan las alas y las patas y se sumergen en agua salada, para posteriormente tostarlas en recipientes cerámicos. Se envasan en bolsas transparentes y se comercializan sobre todo en Bucaramanga y llegan hasta Bogotá en la temporada.
 
Hormigas culonas tostadas, dispuestas para comerse

En un estudio realizado por la Universidad Industrial de Santander, muestra que tienen altos niveles de proteínas, muy bajos niveles de grasas saturadas y un alto nivel nutritivo en general.
 
De forma graciosa se suelen entregar  como regalo de bodas en la creencia que estas hormigas son un manjar afrodisiaco. Ya conocemos las mentes calenturientas de los latinos que encuentran sustancias por doquier, que aumentan el deseo sexual de las personas.
 
Actualmente se están exportando más de mil kilos al año, preferentemente a  Canadá, Inglaterra y Japón.
 
A modo de anécdota,  en el 2007, estando en Cúcuta compramos unos cuantos paquetes de esas hormigas. En una  exposición que organizamos en un pueblo de Cantabria,  llamado Unquera, ese mismo año,  titulada Amazonía; Ciencia, Arte y Cultura las pusimos en el día de la inauguración para que los visitantes  las degustasen, teniendo muy poco éxito. Los que al final se atrevieron a probarlas lo hacían  después de hacerlo nosotros.
 

Cartel de la exposición donde se degustaron las hormigas culonas

Está claro que nuestro país no tiene tradición culinaria en torno a la degustación de insectos.

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