En mi
reciente estancia en México me desplacé al campus de la Universidad Nacional
Autónoma de México -UNAM-, lo que se conoce como la ciudad universitaria. Esta,
que se destaca como un conjunto monumental ejemplar del modernismo del siglo
XX, está declarada patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco y se sitúa al sur de la ciudad.
Declaratoria de patrimonio mundial de la humanidad |
Lo
primero que destaca es su tamaño. La superficie de la ciudad alcanza los 7 km2,
superficie mayor que algunos estados como los del Vaticano o el de Mónaco.
Alberga cerca de mil edificios, de los cuales 138 son bibliotecas. También
alberga el estadio olímpico universitario, que acogió las pruebas de atletismo
de los juegos olímpicos, que México organizó en 1968, con capacidad para 69.000
asistentes.
Para
moverse por el interior de la ciudad existe un servicio de autobuses gratuitos
denominado Pumabus, que partiendo de dos entradas principales y a través de
once rutas recorren todo el campus. También existen rutas de taxis internas que
por 6 pesos mexicanos -0,35 €- van dejando los estudiantes donde los deseen.
Precisamente un taxista que me movió por el campus me facilitó algunas
cifras. Me dijo que en la UNAM de la ciudad universitaria estudiaban 180.000 alumnos. Que entre profesores, personal
de administración, personal auxiliar de todos los servicios, incluidos museos, bibliotecas,
jardines botánicos, institutos de investigación, instalaciones deportivas ……
daban empleo a 260.000 personas. Me dijo que había tres turnos de docencia. Son
unas cifras escalofriantes comparadas, por ejemplo, con las de la mayor
universidad española -la Complutense– en la que estudian unos 65.000 alumnos.
Edificio del rectorado de la UNAM |
Está
considerada como una de universidades de mayor reputación académica de América
Latina y de las cien mejores del mundo. Su diseño fue proyectada por arquitectos
mexicanos y construida en la primera mitad del siglo XX. En la misma también
participaron los muralistas mexicanos de la talla de David Alfaro Siqueiros,
Francisco Eppens, Juan O´Gorman o Diego Rivera.
Es de
destacar la biblioteca central de la UNAM, próxima al rectorado donde a través
de las cuatro caras y en 4.000 m2, Juan O´Gorman elabora un mural armado como
si fuese un códice´, donde en cada una de las caras representa el pasado
prehispánico de México, el colonial, el contemporáneo y la universidad y el
mundo moderno.
Por
último y en el año 2011, ésta universidad recibió el premio Príncipe de Asturias en el área de
comunicación y humanidades.
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