miércoles, 14 de octubre de 2015

LA MATANZA DE TLATELOLCO Y LA PLAZA DE LAS TRES CULTURAS

A un costado de las ruinas de la antigua ciudad mexica de Tlatelolco, que se ubicaba en un islote dentro del lago de Texcoco, al norte de Tenochtitlán, como a unos tres kilometros, se encuentra la plaza de las tres culturas.
 
Esto de denomina así porque junto a las ruinas de la antigua ciudad que fue un importante mercado, denominado tianguis, los españoles, utilizando las piedras de las pirámides, construyeron una imponente iglesia dedicada a Santiago y más recientemente el Ministerio de Asuntos Exteriores, para sus instalaciones, construyó una torre modernista, llamada de Tlatelolco. La unión de la cultura de Tenochtitlán previa a la llegada de los españoles, junto a la cultura española representada por la iglesia citada y junto a la cultura del México moderno representada por la torre, facilita el nombre a la plaza.   


A la izquierda ruinas de Tlatelolco, enfrente iglesia y  claustro de Santiago, derecha torre de Tlatelolco. En extremo izquierda, al costado de la iglesia, la plaza de las tres culturas

Esta plaza se hizo tristemente célebre por una matanza realizada el dos de octubre de 1968. En efecto ese año un movimiento social creado por estudiantes de todas las universidades de la ciudad, profesores, intelectuales, amas de casa, profesionales y obreros venían movilizándose desde meses antes, en torno a una tabla reivindicativa de los propios estudiantes y de los profesores. Presidía el Gobierno Gustavo Díaz Ordaz.
 
Ese día y convocados por el Consejo Nacional de Huelga -CNH-  se concentraron en la plaza donde en una demostración de brutalidad y de estupidez, un grupo paramilitar y el ejercito mexicano abrieron fuego sobre los manifestantes,  asesinando e hiriendo a  muchos estudiantes. Aunque la cifra oficial de muertos se ha establecido en 20, sin embargo, los periodistas presentes y el propio CNH la fija en más de 200 muertos y varios cientos de heridos. La famosa periodista italiana Oriana Fallaci fue una de las heridas. Sobre esta acción se conoce como la masacre de Tlatelolco, se han escrito muchos libros, entre ellos el de Elena Poniatowska, que participó en las movilizaciones.
Monolito sobre la masacre en la Plaza de las Tres Culturas
Actualmente en los bajos de la torre, que administra la Universidad Nacional Autónoma de México – UNAL- un centro de Memoria denominado Memorial del 68, donde en varias salas sitúan los acontecimientos de ese año incluido la masacre. Explican la situación de México de ese año, analizan el contexto mundial y con muchas fotografías y opiniones de los líderes de los profesores y de los estudiantes, que formaban el CNH, realizadas décadas después, analizan lo sucedido ese año. Casualmente entre los líderes estudiantiles he encontrado a tres hijos de refugiados españoles de la guerra civil.
 
Traigo a colación este centro de la memoria, porque uno siente envidia de cómo países con democracias supuestamente más frágiles que la española, resuelven sus problemas de memoria de una manera más que digna. Me estoy refiriendo a países como Chile, Argentina, Perú y actualmente Colombia, que en mitad de la guerra está apostando por esclarecer las masacres ocurridas y construir centros de la memoria descentralizados por los territorios y presidido por un gran centro  central en Bogotá.
 
Algunas portadas de libros sobre la masacre de Tlatelolco
 
En España, cuarenta años después de la muerte del dictador, todavía no ha sido posible hacer la memoria de los asesinatos de esa dictadura. Existe todavía una percepción, de fondo fascista,  en amplias capas de la población, que impiden abordar con tranquilidad los temas de la memoria en nuestro país.    


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