El
nopal es una planta del genero opuntia
perteneciente a la familia de las cactáceas
con más de trescientas especies oriundas de América, donde popularmente y en
México se la conoce como nopal,
mientras que en España donde llegó a través de los conquistadores se la llama chumbera. En España es común verla en
Andalucía, en la costa mediterránea y en Canarias.
En
México, esta planta está llena de mitología y simbolismo. Sin duda la figura
del águila sobre el nopal, que aparecen en el escudo nacional de México, como
señal de encuentro del paraje prometido para levantar Tenochtitlán, la ciudad de los mexicas, es el mito más conocido de
la época prehispánica.
Escudo de México |
La leyenda
sobre la ubicación de la futura ciudad -Tenochtitlán- dice que el dios Huitzilopochtli -colibrí izquierdo-, les
había prometido que encontrarían un lago con un islote, en el cual habría una
roca y sobre la roca un nopal y, sobre el nopal un águila con alas extendidas y
reconociendo al sol. Los aztecas encontraron el sitio indicado en algún lugar
del lago de Texcoco y allí fundaron su ciudad. Tal isla se encontraba en donde
hoy está el centro de la ciudad de México, tal como se observa visitando las
ruinas del Templo Mayor. De acuerdo a algunas de las crónicas, estos sucesos
pudieron ocurrir en el año 1327. Tenochtitlán significa: pedregal donde abundan las tunas. La tuna es el fruto del nopal, lo que en
España conocemos como higo chumbo.
Cerámica a la entrada al Templo Mayor |
Además
el nopal juega un papel importante en el imaginario mexicano. La presencia del
nopal en la cultura mexicana es abundantísima e incluye fotografías, pinturas, artesanías
y películas. La portada del libro de Octavio Paz, el laberinto de la soledad, editado para la colección de lecturas
mexicanas, recoge un nopal.
Conocí
el nopal como alimento hace unos años en Madrid. Visitando una tienda mexicana
de la calle Segovia me enseñaron a prepararlo y nos aficionamos al mismo. Ya en el 2013, que visitamos México
por primera vez, nos inclinamos a comerlos en las tascas próximas a los
mercados.
El
nopal es un alimento rico en agua, fibra, calcio y potasio. La cantidad de fibra
presente, disminuye las concentraciones de colesterol, triglicéridos y glucosa
en la sangre por lo que es muy recomendable para personas diabéticas y obesas.
Las pencas
del nopal, exentas de las espinas, son obligadas en las ensaladas y en
numerosos platos como acompañamiento. Con las tunas se confeccionan numerosos
postres.
Puestos de ventas de nopal. Mercado de la Merced de México D.F. |
Los
mexicanos han entendido muy bien la generosa fuente de alimento del nopal, no
sólo por su alta productividad sino también porque se encuentra disponible aún
en las condiciones más difíciles, produciendo 600.000 toneladas de nopal verdura
al año. Buena parte de la producción se exporta a EE.UU.
En lo
que respecta a España no hemos sido capaces de ver sus virtudes como los
mexicanos. En el área mediterránea y en Andalucía se recogen y se comercializan
los higos chumbos, que llegan de forma no muy abundante a algunas fruterías del resto del país. El higo chumbo
tiene algunos prejuicios como son los pinchos que recubren su piel. De un lado
se aceptan culinariamente pero, del otro, se detestan por lo antipáticos que
supone pelarlos.
Sin
embargo, en Canarias, las chumberas fueron fundamentales para la obtención de la grana cochinilla, que se recolectaba de las
pencas. En 1820 llegaron a Cádiz procedentes de Veracruz ocho chumberas
cargadas de cochinilla, encargadas por la Sociedad Económica de esa ciudad.
Esta sociedad consiguió reproducir el insecto e inmediatamente la Corte lo
envió a las Islas Canarias con un
decreto que ordenaba cultivarlo en las islas. El cultivo tuvo tal éxito que se sembraron miles
de hectáreas de chumberas y el monocultivo de la cochinilla se convirtió en la base de la economía de las
Canarias, favorecido por el caos administrativo y económico que existía en
México después de la guerra de la Independencia. Así de esta manera las islas Canarias
acapararon el mercado mundial en la segunda mitad del siglo XIX.
Recogiendo grana cochinilla de una nopalera.
Relaciones de la historia, organización, y estado de
varias diócesis católicas en la Nueva España y Perú, 1620-1649
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El
panorama empieza a cambiar con la
producción de colorantes artificiales que propician un giro completo al
arte del teñido. La cochinilla no puede competir con los colorantes químicos,
principalmente las anilinas y su demanda empieza a decaer, arruinando esta actividad
económica.Al norte
de África, que llegaron desde España, al fruto se les conoce como el higo de los cristianos.
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