En días pasados visitamos el Parque
Natural Laguna del Cacique Guatavita donde
se encuentra la laguna del mismo nombre. Esta laguna fue una de las
lagunas sagradas de los Muiscas
puesto que allí se realizaba el ritual de investidura del nuevo del
Cacique, que según la tradición
iba en una balsa de juncos ricamente adornada; tenía el cuerpo cubierto
íntegramente con oro en polvo; a sus pies ponían un gran montón de oro y
esmeraldas para que ofreciera a los dioses y braseros encendidos para quemar
una especie de incienso llamado muque; el nuevo dignatario iba acompañado por
cuatro caciques y cuando la balsa llegaba al centro de la laguna, el pueblo que
se encontraba en las orillas arrojaba objetos de oro y piedras preciosas a las
aguas.
Ilustración de Theodore de Bry de 1599. El cacique era impregnado con resinas,tras lo cual se le cubría con oro en polvo |
La laguna es de una
circularidad casi perfecta asemejándose a un cráter volcánico, aunque se ha descartado
esta teoría al no haber sido encontrado material alguno propio de los volcanes.
Tiene un diámetro de 400 metros y las laderas que la circundan con
inclinaciones superiores a 32 grados se elevan por encima del espejo del agua,
que se encuentra a una altitud de 2.990
metros. La profundidad del agua es de
unos 17 metros.
Los españoles sabiendo que
Guatavita era la laguna sagrada de los muiscas y habiendo escuchado del antiguo
ritual de coronación de los zipas, los intentos por drenar el legendario lago
para obtener el oro arrojado al mismo, no se hicieron esperar. Hernán Pérez de
Quesada, hermano de Gonzalo, el fundador de Bogotá, fue el
primero en intentarlo logrando recuperar
entre 3000 y 4000 pequeñas piezas de los márgenes del lago. Aprovechando una
sequía producida en 1540 decidió intentar vaciar el lago utilizando indígenas
locales que con cantaras retiraban el agua. En tres meses consiguieron
descender en tres metros el nivel del lago, desistiendo de continuar ante la
imposibilidad de llegar al centro, que es donde se suponía se acumulaban los
tesoros.
Casi medio siglo más tarde lo
intenta Antonio de Sepúlveda que empleando ocho mil trabajadores indígenas
intenta vaciar el lago, mediante la apertura de una brecha en una de las
paredes laterales, brecha que es hoy perceptible y que modifica el paisaje original del
lago.
Brecha abierta por Antonio Sepúlveda en el siglo XVI, para desaguar la laguna |
La iniciativa del Antonio
Sepúlveda, quien al parecer contaba con
el apoyo de Felipe II, para el cobro del quinto real logró rescatar un buen número
de piezas de oro y de esmeraldas, pero nada que ver con lo que esperaban. Tras el colapso de la brecha abandonaron el
intento.
Posteriormente, ya en el
periodo republicano, los intentos fueron del colombiano José Ignacio Paris, un amigo de Bolívar, que formó
una compañía para drenar el lago intentando nuevamente realizar una brecha,
fracasando en la iniciativa debido a las
pobres técnicas de excavación empleadas.
El penúltimo intento lo realizó la Compañía para la Explotación de la Laguna
de Guatavita, formada en 1898. Era una organización
inglesa que se hizo con los derechos de excavación de la compañía Contractors
Ltd. de Londres, con el objetivo de construir un túnel que llegaría hasta el
centro de la laguna. Mediante compuertas regulaban la salida del agua para capturar cualquier
objeto de oro y esmeraldas que pudiesen encontrase en la laguna.
La laguna fue vaciada completamente en 1912, pero el
tesoro era inaccesible debido al lodo y el fango que cubría el lecho de la misma y que hacía imposible introducirse en su
interior. Los intentos de esperar que el lodo se secase por la acción directa
del sol, produjo un suelo muy duro imposible de trabajar. Los objetos encontrados
no cubrieron los gastos para recuperar la inversión hecha y la compañía pronto
cayó en la bancarrota, para desaparecer en 1929.
El túnel fue cerrado por el
fango seco y el lago recuperó su nivel de agua natural. Después de este último
intento serio, otras personas intentaron hacerse con el tesoro de Guatavita,
empleando los más diversos medios. Sin embargo, los daños causados al
ecosistema del lago fueron frenados por el Gobierno Colombiano que, en 1965, decide
declararla Patrimonio Histórico y
Cultural, dando fin a nuevos intentos.
Al fondo la laguna en su estado actual |
Con esta acertada decisión se
dieron por finalizados las aventuras
para recuperar los tesoros de la laguna, sin embargo, entre los colombianos no
ha cedido un ápice la fascinación que sienten sobre la mítica laguna y su vinculación con la leyenda
de El Dorado.
Hasta donde llega el deseo por la riqueza.
ResponderEliminarGran información, muhas gracias.
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