viernes, 30 de enero de 2015

CURAS ESPAÑOLES EN LAS GUERRILLAS COLOMBIANAS

La presencia de sacerdotes españoles en las guerrillas colombianas  fue numerosa e importante, en el último tercio del siglo pasado. Sobre todos ellos ejercería cierta influencia el papel del sacerdote colombiano Camilo Torres Restrepo, pionero de la Teología de la Liberación, cofundador de la facultad de Sociología de Bogotá e igualmente guerrillero del Ejercito de Liberación Nacional- ELN- que fue dado de baja en el primer combate que mantuvo con el ejército,en 1966. Su activismo y su muerte dieron la vuelta al mundo, siendo muy conocida en los ambientes de izquierda. A partir de su muerte  se convirtió en el mártir del ELN.
 
A finales de la década de los 80, los informes secretos del ejército colombiano al menos vinculaban a una decena de curas españoles que combinaban la prédica del evangelio con el fusil. No necesariamente todos estaban en el monte – las guerrillas combinan dentro de sus organizaciones los frentes rurales con los urbanos - ,  algunos de ellos ejercían de párrocos de pequeñas poblaciones. Algunos de esos curas citados en el informe son: José Luis Vecina, Vicente Ordaza, José Luis Amo, Juan José Galán, Miguel Nevado, Vicente Tonicheli, Luis de Llanos, Miguel Linares, sobresaliendo de entre ellos los curas aragoneses Manuel Pérez, Domingo Laín y José Antonio Jiménez.
 
Todos ellos a imagen de Camilo Torres se vincularon al ELN.  El Ejército de Liberación Nacional era uno de los cinco grupos guerrilleros insurgentes que por aquél entonces existían en Colombia, de ideología socialista, con influencias de la teología de la liberación, bastante arraigada en el país, en las décadas de los 70 y los 80, lo que se entendía como marxismo cristiano. También muchos curas colombianos se enrolaron en el ELN.
 
Nuestro trió de aragoneses viajó inicialmente a Republica Dominicana, donde pasado algún tiempo son expulsados. Viajan a Colombia y se instalan como curas obreros en un barrio pobre de Cartagena de Indias, donde igualmente son expulsados por su activismo político.
 
Domingo Laín , J.A, Jiménez y Manuel Pérez, rumbo a América
 
Con documentación falsa, logran entrar  de nuevo a Colombia viajando desde las Islas Canarias para enrolarse en el ELN. Era el año 1969.
 
Domingo Laín enrolado en la guerrilla actuó como asesor del Estado Mayor y en especial de su primer comandante, en aquel entonces Fabio Vázquez. Domingo consideraba la lucha armada como un derecho de defensa de los pueblos y valoraba al socialismo como la única solución posible para los problemas del continente.
 
Murió en un enfrentamiento con el ejército colombiano en la zona del Bagre, al nordeste de Antioquía, en 1973,  cuatro años después de alistarse en la guerrilla. Este sacerdote debió dejar entre sus compañeros bastantes ejemplos de honestidad, ya que uno de los seis frentes de guerra actuales del grupo guerrillero,  llevan el nombre del sacerdote.
 
José Antonio Jiménez  muere en 1970, en las montañas de Antioquía, por los efectos de una mordedura de serpiente.
 
Manuel  Pérez, tras la operación de Anorí donde el ELN sufre una  fuerte derrota que provoca la huida del primer comandante a Cuba, asume la comandancia del grupo guerrillero centrando su actividad en la infiltración de sus miembros en los sindicatos de la industria petrolera  y declarando a estas multinacionales como objetivo militar. Se inician las voladuras de los oleoductos que recorren el país.
 
El cura Pérez en traje de faena

El cura Pérez fue excomulgado por la iglesia católica en 1986, tras el asesinato por parte del ELN del obispo de Arauca. Tuvo  una hija con una monja vinculada a la guerrilla conocida como Mónica. Murió en las montañas del Departamento de Santander de una hepatitis C, en 1998, a los 55 años de edad y después de haber ejercido durante 24 años de comandante mayor del ELN.
 

Caricatura sobre  el cura Pérez

Casualmente una semana antes el ELN había firmado el Preacuerdo de Viana, firmado en el Palacio de Viana, en Madrid, en el que se fijaban las bases para una reunión preparatoria con miras a una convención nacional de paz. Fue el primer acuerdo de este tipo rubricado por el ELN dirigida por Manuel Pérez. Se escogió Madrid, tras sopesar  la Habana,  por  seguridad y discreción y además porque el  cura Pérez  así lo pidió, tal vez por nostalgia.


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