miércoles, 4 de febrero de 2015

LAS VOLADURAS DE OLEODUCTOS EN COLOMBIA

En la entrada anterior recogía el concepto estratégico que el cura Pérez introdujo en el ELN, con respecto a la industria petrolera colombiana. Con el criterio de que las empresas petroleras estaban esquilmando  toda la riqueza del suelo colombiano,  las declaró  objetivo militar y se iniciaron los atentados contra sus instalaciones, sobre todo los oleoductos para el transporte del crudo.
 
He querido indagar sobre este proceder de los grupos guerrilleros en la actualidad- también las FARC atentan contra los oleoductos – ya que es noticia frecuente en la prensa colombiana, acciones de este tipo.
 
Colombia tiene una importante y dispersa industria petrolera que justifica la existencia de diversos oleoductos para sacar el crudo a los puertos para su exportación. Los más importantes son los de Caño Limón – Coveñas, de 770 kilómetros, el Vasconia – Coveñas, de 481 kilómetros, el Cuisiana- Coveñas,  de 790 kilómetros y los oleoductos: Central de los Llanos, el del Alto Magdalena y el Orito – Tumaco. En total, unos 3.500 kilómetros de oleoductos, para transportar el crudo a los  puertos caribeños de Coveñas y Cartagena de Indias o al de Tumaco, en el Océano Pacífico.


Mapa de los oleoductos en Colombia
 
Para conocer el alcance de los atentados a la infraestructura petrolera he localizado un documento del Ministerio de Defensa Nacional, fechado en diciembre del 2014, titulado: Logros de la Política Integral de Seguridad y Defensa de la Prosperidad.  http://www.mindefensa.gov.co/irj/go/km/docs/Mindefensa/Documentos/descargas/estudios%20sectoriales/info_estadistica/Logros_Sector_Defensa.pdf
 
Este informe, todavía calentito, en su página  38 recoge diversos cuadros sobre atentados a las infraestructuras, incluidas las petroleras. Para este apartado recoge datos históricos desde el 2004 y el pasado año.  Los años de más atentados han sido el año 2013 con 259 voladuras, el 2005 con 155 y el pasado año con 141. Los años de menos atentados fueron el 2010 el 2008 y el 2009 con 31 y 32 voladuras.
 
Estadística de las voladuras de oleoductos
 
El informe recoge a pie de página  el concepto de voladura de oleoductos. Textualmente dice: es la rotura o rompimiento  de una línea de transportación  (oleoducto, poliducto, gaseoducto) por efecto de la activación de un artefacto explosivo, casi siempre como consecuencia de una acción terrorista, del cual se puede derivar la suspensión del bombeo, el derrame de hidrocarburos, incendio y contaminación. 
 
El año  de más atentados- el 2013 - , se volaba un oleoducto cada día y medio.  La paternidad de estos atentados descansan sobre las dos organizaciones guerrilleras, sobre todo del ELN, ya que gran parte de los oleoductos discurren donde este grupo guerrillero tienen fuerte presencia.
 
Tabla comparativa de los atentados del 2014-2013

Vigilar una infraestructura de esas dimensiones es prácticamente imposible. Las voladuras no siempre se hacen desde el monte; gran parte de ellas desde los frentes urbanos, cuyos guerrilleros hacen vida normal. Así que es normal hacer campañas de denuncia sobre  estos casos.
 
Campaña de denuncia de los sabotajes

Cuando se vuela un oleoducto los daños son diversos y algunos de ellos de difícil cuantificación. Existe un crudo derramado, una reparación del oleoducto, un campo petrolífero parado mientras se vuelve a poner en marcha el oleoducto y sobre todo los daños medioambientales, ya que muchas veces el derrame llega a fuentes de agua y ríos que abastecen a las poblaciones o se producen importantes incendios.
 
Imagen de un atentado 

Imagen de otro atentado
 
Conocemos los abusos de muchas empresas petroleras -  hay abundante literatura y sentencias condenatorias al respecto- pero ninguna acción política justifica estas voladuras, cuyas consecuencias medioambientales las sufren los modestos lugareños, donde se producen.
 

El ejemplo de lo que decimos fue la voladura del oleoducto Cusiana- Coveñas, por parte del ELN, en Machuca, en octubre del 1998. Tras dinamitarlo, el petróleo ardiendo se deslizó por el río Pocuné  entrando en el  pueblo donde se quemaron 46 casas y produjeron la muerte de 84 personas por calcinación, la mayoría de ellos menores de edad. Esta salvajada se la conoce como la masacre de Machuca.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 


 
 
 

 

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