Llevo
año y medio residiendo en Bogotá y en este tiempo he leído todo lo que ha
pasado por mis manos sobre el proceso de paz y he visto múltiples entrevistas y
debates sobre el tema. Creo que ha llegado la hora que opine sobre el mismo.
El
proceso de paz -negociaciones de paz entre el Gobierno Colombiano y el principal grupo
insurgente del país, las FARC-EP- tiene unas características especiales que
no gozan de antecedentes en el resto del mundo, como es que la negociación se produce en medio de la
guerra. Un alto al fuego bilateral no ha sido posible por las presiones que,
desde los enemigos del proceso, han
ejercido y ejercen sobre el propio Gobierno.
Mesa negociadora. A la izquierda los representantes de la guerrilla, a la derecha los del Gobierno. En el centro los países garantes : Noruega y Cuba |
Lo
más sorprendente a mi juicio de este proceso es que no sea un asunto de Estado. En efecto el gobierno
elegido hace solo un año cuenta únicamente con el apoyo de la izquierda. El resto de
partidos le vapulean sin piedad, intentando buscar réditos electorales, entre
los que sobresale el partido de Álvaro Uribe. El Centro Democrático, que en realidad es un partido de
ultra derecha, y que es el segundo partido en representatividad en Colombia, se
ha permitido varias y distintas majaderías. Desde opinar que con Santos el castro–chavismo se está imponiendo en el
país, hasta la última de hace unos días que las FARC para el 2019 se habrían
adueñado del país.
Un
segundo elemento es que una parte del ejército -la más derechista que se siente
representada por el partido de Uribe- no
apoya al Gobierno. Son frecuentes los cambios en la cúpula militar y una
organización de oficiales militares retirados –Acore- muy activos en los medios de
comunicación donde les dan una cancha desproporcionada, actúan como grupo de
presión poniendo todas estacas posibles sobre las ruedas de la negociación.
Un
tercer elemento es que esta guerra que ya dura 60 años, los muertos, salvo
honrosas excepciones, por el lado del ejército y de la guerrilla, los han
puesto los parias de la sociedad. Gentes de estratos bajos que, en un lado u otro, encuentran la forma de
vivir. Esta circunstancia produce que
entre las capas medias y sobre todo las urbanas estén ausentes del proceso.
Abundando
en el elemento anterior la guerra que se desarrolla en el medio rural -es donde
se bombardea, donde se desplaza, donde se producen los combates, donde están
las minas anti personas instaladas ...- en el urbano, donde reside
mayoritariamente la población colombiana, el proceso produce indiferencia permitiéndose las opiniones más descerebradas que uno pueda
escuchar.
Juan Manuel Santos con los integrantes de la mesa negociadora del Gobierno |
Un
cuarto elemento es que mientras el proceso es ampliamente apoyado desde el exterior -cuenta con las bendiciones
del la Unión Europea, de EE.UU., del Vaticano, de multitud de países- , desde el interior es ampliamente cuestionado.
Es como si no se fiasen del Gobierno recientemente elegido y que además basó
su campaña electoral en conseguir la paz.
El
Presidente Juan Manuel Santos frente a los guerreristas y los militaristas está
intentando contra viento y marea llevar adelante el proceso. Esto no significa que no haya
cometido errores, pero en todo caso le
dignifica su perseverancia, entre otras cosas para ahorrarse los miles de
muertos que cuesta todos años la guerra, evitar los importantes daños a las
infraestructuras colombianas y a la economía y para destinar una parte muy importante el
presupuesto de la guerra a otros cometidos como, por ejemplo, la educación.
A mi
juicio llegar a un acuerdo de paz satisfactorio para las dos partes es el objetivo político más importante que tienen
los colombianos actualmente.
POSDATA.
Cuando tenía la entrada finalizada surge la noticia de un nuevo acuerdo parcial en la Habana,
consistente en acelerar las negociaciones y discutir un desescalamiento del conflicto que dé lugar a una tregua bilateral con control internacional, como preámbulo de un
alto al fuego definitivo. Este importante acuerdo propició una intervención
ayer domingo del Presidente Santos, en todos los medios de comunicación, dirigiéndose
de forma emotiva al país, explicando la importancia del acuerdo. Manifestó que
ya empezaba a ver la luz al final del túnel e invitó a todos los colombianos a
que lo acompañaran en el proceso, pues la paz
es para todos.
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