lunes, 13 de julio de 2015

EL PROCESO DE PAZ VISTO POR UN FORÁNEO

Llevo año y medio residiendo en Bogotá y en este tiempo he leído todo lo que ha pasado por mis manos sobre el proceso de paz y he visto múltiples entrevistas y debates sobre el tema. Creo que ha llegado la hora que opine sobre el mismo.
 
El proceso de paz -negociaciones de paz entre el Gobierno Colombiano y el principal grupo insurgente del país, las FARC-EP- tiene unas características especiales que no gozan de antecedentes en el resto del mundo, como es que la negociación se produce en medio de la guerra. Un alto al fuego bilateral no ha sido posible por las presiones que, desde  los enemigos del proceso, han ejercido y ejercen sobre el propio Gobierno.
 
Mesa negociadora. A la izquierda los representantes de la guerrilla, a la derecha los del Gobierno. En el centro los países garantes : Noruega y Cuba

Lo más sorprendente a mi juicio de este proceso es que no sea un asunto de Estado. En efecto el gobierno elegido hace solo un año cuenta únicamente con el apoyo de la izquierda. El resto de partidos le vapulean sin piedad, intentando buscar réditos electorales, entre los que sobresale el partido de Álvaro Uribe. El Centro  Democrático, que en realidad es un partido de ultra derecha, y que es el segundo partido en representatividad en Colombia, se ha permitido varias y distintas majaderías. Desde opinar que con Santos  el castro–chavismo se está imponiendo en el país, hasta la última de hace unos días que las FARC para el 2019 se habrían adueñado del país.
 
Un segundo elemento es que una parte del ejército -la más derechista que se siente representada por el partido de Uribe- no apoya al Gobierno. Son frecuentes los cambios en la cúpula militar y una organización de oficiales militares retirados –Acore- muy activos en los medios de comunicación donde les dan una cancha desproporcionada, actúan como grupo de presión poniendo todas estacas posibles sobre las ruedas de la negociación.
 
Un tercer elemento es que esta guerra que ya dura 60 años, los muertos, salvo honrosas excepciones, por el lado del ejército y de la guerrilla, los han puesto los parias de la sociedad. Gentes de estratos bajos  que, en un lado u otro, encuentran la forma de vivir. Esta circunstancia produce que  entre las capas medias y sobre todo las urbanas estén ausentes del proceso.
 
Abundando en el elemento anterior la guerra que se desarrolla en el medio rural -es donde se bombardea, donde se desplaza, donde se producen los combates, donde están las minas anti personas instaladas ...- en el urbano, donde reside mayoritariamente la población colombiana, el proceso produce indiferencia permitiéndose las opiniones más descerebradas que uno pueda escuchar.
Juan Manuel Santos con los  integrantes de la mesa negociadora del Gobierno
Un cuarto elemento es que mientras el proceso es ampliamente apoyado desde el exterior -cuenta con las bendiciones del la Unión Europea, de EE.UU., del Vaticano, de multitud de países- , desde el interior es ampliamente cuestionado. Es como si no se fiasen del Gobierno recientemente elegido y que además basó su campaña electoral en conseguir la paz.
 
El Presidente Juan Manuel Santos frente  a los guerreristas y los militaristas  está  intentando contra viento y marea llevar adelante  el proceso. Esto no significa que no haya cometido errores, pero en todo caso le dignifica su perseverancia, entre otras cosas para ahorrarse los miles de muertos que cuesta todos años la guerra, evitar los importantes daños a las infraestructuras colombianas y a la economía y para destinar una parte muy importante el presupuesto de la guerra a otros cometidos como, por ejemplo, la educación.
 
A mi juicio llegar a un acuerdo de paz satisfactorio para las dos partes es el objetivo político más importante que tienen los colombianos actualmente.





POSDATA. Cuando tenía la entrada finalizada surge la noticia de un nuevo acuerdo parcial en la Habana, consistente en acelerar las negociaciones y discutir un desescalamiento del conflicto que dé  lugar a una tregua bilateral con control internacional, como preámbulo de un alto al fuego definitivo. Este importante acuerdo propició una intervención ayer domingo del Presidente Santos, en todos los medios de comunicación, dirigiéndose de forma emotiva al país, explicando la importancia del acuerdo. Manifestó que ya empezaba a ver la luz al final del túnel e invitó a todos los colombianos a que lo acompañaran en el proceso, pues la paz es para todos
 
     

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