lunes, 24 de agosto de 2015

EL CONTRABANDO DE GASOLINA VENEZOLANA EN CÚCUTA

Una pimpina es un recipiente de plástico  para el trasiego ilegal de combustible venezolano hacia Colombia, donde su venta deja ganancias que quintuplican la inversión. Pimpinero se llama al vendedor de gasolina de contrabando, en el lado colombiano.
 
Así es como Cúcuta, ciudad fronteriza de unos 600.000 habitantes, dispone de cientos de estaciones de servicio improvisadas que normalmente se levantan en un pedazo de tierra, con cuatro palos y un techo vegetal,  en las avenidas y calles de la ciudad.


Pimpineros esperando clientes

Según un estudio realizado por el Ministerio de Energía y Petróleo de Venezuela, para el período 2006-2007, concluyó que al menos 30 mil barriles de gasolina salen por día de contrabando hacia Colombia por la frontera terrestre. Las pérdidas para el gobierno venezolano por concepto de contrabando de combustible, de acuerdo con el análisis, fueron de 1.5 millones de dólares diarios. Estos 30 mil barriles que ingresan de forma ilegal a Colombia, por día, equivalen al 20 por ciento del total del mercado interno, según la Asociación Colombiana del Petróleo. Este rentable negocio tiene diversas formas de operar, con una multiplicidad de complicidades que incluyen a los guardias de Venezuela y a la policía colombiana.
 
 
Para las autoridades y los ciudadanos cucuteños es algo con lo que conviven día a día y les parece muy normal. Estas proveedoras de combustibles no tienen medida de seguridad alguna: los pimpineros fuman alrededor de las pimpinas, hablan con sus móviles  y  beben cerveza mientras esperan a los clientes. He visto repostar en estos chamizos a autobuses, coches y motos. Todo un autentico escándalo a ojos de un  foráneo.
 
Taxi repostando en un pimpinero
En Cúcuta, precisamente por ser ciudad fronteriza, la gasolina legal está un 52% más baja que en el resto del país. Actualmente un galón – 3,75 litros- cuesta 5.400 pesos- unos 1,70 €, mientras que en Bogotá el mismo galón cuesta 8.200 pesos, unos 2,56€. El precio del pimpinero lo desconozco, porque jamás  se me ocurriría repostar en semejantes chamizos. Se supone que estará más baja que la oficial ya reducida.
 
Repostando en pimpinero

Una de las formas de ingresar la gasolina es transportando las pimpinas, cruzando el río Táchira, en el caso de los pasos fronterizos de San Antonio y Ureña. La otra modalidad es utilizar motocicletas y vehículos de todas las marcas con placas venezolanas, cuyos conductores pueden llenar sus tanques a precio venezolano, vaciarlos en Colombia y regresar a por más, todas las veces que sea posible en el día. Cuando más capacidad tenga el tanque más volumen de negocio se creará.
 
Contrabandistas cruzando río Tachira con gasolina. Según mis cálculos, el primero con 10 pimpinas traslada 200 litros
 
Para garantizar que el combustible cruce tranquilamente la frontera hay complicidad con los expendedores de las gasolineras, quienes despachan el combustible en las estaciones de servicio y con la Guardia Nacional de Venezuela. Ambos reciben mordidas de los transportadores pimpineros.
 
 
Aunque conozco que hay miles de personas viviendo de este negocio- transportistas, trasvasadores, vendedores…-suelo discutir con los cucuteños la imagen deplorable de una ciudad donde  sus calles  y avenidas están llenas de recipientes plásticos, vendiendo gasolina ilegal y sin seguridad alguna. Ellos están tan acostumbrados que no lo ven así. De cualquier manera Cúcuta no será una ciudad normal hasta que no erradique estas prácticas criminales, mafiosas e ilegales.
 
 
Para otra entrada dejaré el ambiente y las practicas de estos pasos fronterizos, que son un autentico caos.

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