El salto de Tequendama es una
cascada natural sobre el río Bogotá, ubicada en un bosque de niebla, en el
municipio de Soacha, a unos 32 kilómetros de la capital de la nación.
La altura del salto es de 157
metros y por la proximidad a la capital era muy visitada por los viajeros
ilustres que visitaban Nueva Granada, entre ellos Alexander Von Humboldt, que hizo
mediciones sobre la misma. La cascada es muy bonita ya que tiene forma
semicircular y la Comisión Corográfica la inmortalizó en una de sus acuarelas.
Lamina de la Comisión Corográfica sobre el salto de Tequendama |
La cascada la visitamos en días
pasados. Al lado de la cascada se encuentra un hermoso edificio, de
arquitectura francesa, en fase de
rehabilitación que correspondía a un antiguo hotel, que actualmente administrado por la
Universidad Nacional, alberga algunas exposiciones.
Nos atendió
una chica muy simpática y agradable. Una de las exposiciones consistía
en explicar la situación actual del Río Bogotá, en lo que tiene que ver con su
grado de contaminación. Resulta que la ciudad de Bogotá solo depura un 40 %
aproximadamente de sus aguas fecales. Las aguas de la zona centro y sur de la ciudad – de unos 5 millones de
habitantes- no se depuran y se vierten directamente sobre el río. Además, las
curtidoras ubicadas en el sur de la ciudad, que tuve oportunidad de visitar, en
otra ocasión, hacen lo propio con sus vertidos sobre el mismo río.
Vista del antiguo hotel, hoy en fase de rehabilitación |
Cuando visitamos la cascada desde
el peaje del Charquito hasta el salto – unos 7 kilómetros de carretera – lo que
veíamos a nuestra derecha era un rio sin apenas agua, la que tenía estaba llena de espuma y
despedía un olor fétido y nauseabundo, que los vecinos que residen alrededor de
la carretera se tragan las 24 horas del día.
La guía además nos explicó que la escasez de agua en
el río es porque 12 kilómetros aguas arriba se encuentra el embalse
de la Muña donde se retienen todas las aguas del Río Bogotá. Este embalse
provee de agua a la Central Hidroeléctrica
de Tequendama de 19,5 MW de potencia, propiedad de Endesa Chile y Enel. Como se ve españoles e italianos no respetan
el caudal ecológico como hacen en sus
países. La expresión caudal ecológico,
referida a un río o a cualquier otro cauce de agua corriente, es la cantidad de
agua necesaria para preservar los valores ecológicos en el mismo cauce.
Cascada en un día normal. Nótese la falta de agua en el curso del río. |
El agua turbinada aguas abajo
del embalse es bombeada de nuevo por la noche para por el día seguir
produciendo nueva energía. Es la causa de que el río y por tanto el salto se
quede sin apenas agua.
Esta situación de
contaminación extrema se inició hace unos 40 años. Por falta de visitantes –
nadie paga por oler mierda- se cerró el bonito hotel, que se distinguía por
acoger en sus instalaciones gente distinguida de la sociedad bogotana, que
quería dormir arrullado por el ruido de las aguas precipitándose sobre el barranco.
Actualmente existen proyectos
de limpiar y recuperar el río Bogotá. También
existen proyectos de depurar las aguas residuales de la ciudad, proyectos que en
el mejor de los casos, tardaran décadas en
ejecutarse.
Ya sabemos que la tributación fiscal colombiana es baja y la informalidad económica elevada. Recuperar el río Bogotá
costará mucho dinero. Hoy el salto de Tequendama lo que tiene es pasado. El presente
es una cloaca.
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