Han pasado algo más de nueve
meses de mí llegada a Colombia. En la primera entrada explicaba que esta
estancia se debía a un par de razones; de un lado, acompañaba a mi mujer que
tenía oportunidades, a diferencia de España, de trabajar desarrollando su
profesión, tal como ha venido sucediendo, a la vez que se situaba más cerca de su
familia, después de más de una década en España.
Del otro, ponía tierra por
medio de mi país, cabreado e indignado por
las políticas de ajuste puestas en marcha por el Partido Popular, vencedor de
las elecciones generales del 2011. Estas políticas basadas en la aceptación acrítica de las políticas
procedentes de la UE, supusieron una reforma laboral desequilibrada, la reforma
y recorte de las pensiones, el recorte de los servicios sociales; sanidad, enseñanza.., el desmantelamiento de los servicios
de dependencia, se rebajó la inversión pública, mientras que, al mismo tiempo,
se ayudaba a salvar a los grandes bancos en apuros y se libraba a las grandes empresas de sus obligaciones
fiscales.
Mosaico de dirigentes y ex dirigentes del Partido Popular |
Las consecuencias de estas
políticas están siendo fatales: aumento inusitado de la desigualdad y de la
exclusión social, tasas de paro del 24 % , aparición de la pobreza infantil
desconocida desde hace décadas, miles de familias desahuciadas de sus viviendas,
subidas de impuestos dónde decían que los bajaban, rebaja generalizada de los salarios y de las pensiones...
Al mismo tiempo que se ponían
en marcha estas políticas que suponen un reparto profundamente injusto de los
sacrificios durante la crisis,
han aflorado multitud de casos de corrupción sobre todo en el partido
del gobierno, como, por ejemplo, que gran parte de la dirección del Partido
Popular, incluido el Presidente del Gobierno, hayan supuestamente cobrado
sobresueldos en negro- sobres - , producto de donaciones ilegales de algunas
empresas. El mapa de la corrupción actual, con multitud de casos juzgados o
pendientes, son escalofriantes.
Regresaré a mediados de enero
para seguir estudiando, observando y participando, dentro de mis posibilidades,
con todo lo que tenga que ver con la memoria
del conflicto colombiano, que durante los últimos 60 años ha desgarrado a
una gran parte de la sociedad colombiana.
Lo anterior es necesario para que los diálogos de paz en la Habana con las FARC y los que se están abriendo con el ELN, puedan terminar durante el año 2015, en acuerdos que acaben con la guerra en Colombia. Pienso que las fuerzas insurgentes actuales son verdaderas fábricas de empujar a ciudadanos hacia posiciones de extrema derecha, en las zonas urbanas. O dicho de otra manera, la izquierda colombiana, al igual que acontece en el resto del continente, no tendrá apoyo popular suficiente, hasta que los grupos guerrilleros no se disuelvan mediante un acuerdo político negociado.
Lo anterior es necesario para que los diálogos de paz en la Habana con las FARC y los que se están abriendo con el ELN, puedan terminar durante el año 2015, en acuerdos que acaben con la guerra en Colombia. Pienso que las fuerzas insurgentes actuales son verdaderas fábricas de empujar a ciudadanos hacia posiciones de extrema derecha, en las zonas urbanas. O dicho de otra manera, la izquierda colombiana, al igual que acontece en el resto del continente, no tendrá apoyo popular suficiente, hasta que los grupos guerrilleros no se disuelvan mediante un acuerdo político negociado.
Mesa de negociación de la Habana. En el centro los representantes de los países garantes, a la izquierda los del gobierno. A la derecha los representantes de las Farc |
A la vuelta retomaré el blog
con nuevas entradas.
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