Ayer cinco de marzo, se
festejó para los católicos el denominado miércoles
de ceniza. Este día según el ritual católico señala el inicio de la cuaresma.
O, lo que es lo mismo, señala los cuarenta días que faltan para el domingo de ramos.
Este día también según la
liturgia es un día de ayuno y abstinencia. Para lo primero consiste en hacer una
solo comida al día y para lo segundo – la abstinencia- consiste no comer carne.
Ayer viendo los noticieros de
las diferentes cadenas colombianas, advertí al Presidente Juan Manuel Santos,
en varios actos a lo largo del día con una enorme cruz en su frente. También en un acto informal como es ver el partido de futbol por televisión, jugado ayer entre
Colombia y Túnez, en Barcelona,
aparecía con esa enorme cruz.
Ingenuamente pensaba que una vez recibida la cruz uno se limpiaba y continuaba con las actividades civiles o políticas que uno tenga que realizar. Sin embargo no es así.
Colombia se encuentra en un
proceso electoral. Los miembros del Parlamento y el Senado se eligen el próximo
fin de semana, día 9, mientras las elecciones presidenciales tendrán lugar el
próximo 25 de mayo, donde el actual Presidente se postula de nuevo para su
reelección.
En una sociedad tan
conservadora y tan tradicional como la colombiana, ese gesto de recibir las
cenizas y mostrarlas, no me cabe la menor duda que forman parte de la campaña
electoral.
La única duda que me surge es
si cuando llegó al Palacio de Nariño se
las limpió o siguió haciendo campaña en casa.
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