En el barrio Cedritos donde
vivimos nos ha llamado la atención la cantidad de mascotas –perros– que tiene
la gente. Ya hablamos que este barrio lo conforman edificios de estratos altos.
Desconocemos si la abundancia
de mascotas es por un amor desaforado a los animales o porque es una moda. De
cualquier manera la abundancia de perros crea problemas en la comunidad como
advertimos en numerosos carteles que nos encontramos.
En la ciudad de Bogotá, a
diferencia de las ciudades europeas, hay escasez de papeleras. O mejor dicho
apenas hay papeleras en las calles. La gente cuando saca sus mascotas a pasear
y hacen sus necesidades, los que recogen los excrementos no sabe qué hacer con
ellos, así que lo que hacen es depositar
las bolsitas en las esquinas de los jardines de los edificios o en las cestas
de las basuras de las calles.
Cesta utilizada para depositar la basura de un edificio |
Los que no los recogen –en esto se parecen a algunos madrileños que tampoco lo hacen– tienen el problema de que algunos carteles, con cierta sorna, se lo recuerdan.
Cartelería llamando a la recogidas de los excrementos |
También nos ha llamado la
atención un oficio nuevo como es el de pasear
perros ajenos, llamado el perrero. Es decir, gente que todas las mañanas se les ve con 6 u 8
perros agarrados de las correas, que les pasean y les llevan a los parques
cercanos.
Al respecto de esta actividad
creemos que una parte de esos perros paseados, corresponden a propietarios que
sus obligaciones laborales impiden que puedan sacarlos a pasear. La segunda
parte corresponde a propietarios que pudiendo hacerlo, prefieren pagar directamente para que lo hagan otros. Posiblemente estos
últimos son los que tienen la mascota por moda y además tienen recursos
económicos para pagar el servicio.
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