sábado, 5 de noviembre de 2022

¡QUÉ CESE EL FUEGO!

 

Ayer se celebró el 37 aniversario de la toma del Palacio de Justicia de Bogotá llevado a cabo por el M-19, grupo guerrillero en el que militaba el actual presidente del gobierno, Gustavo Petro.

Este suceso que ya me conmovió en su momento, tuve oportunidad de estudiarlo durante mi estancia en Bogotá por 2,5 años. Así que publiqué nada menos que cuatro entradas en el blog http://andandoporbogota.blogspot.com/ fechadas el 25 y 27 de septiembre del 2014 y el 24 de abril y 10 de noviembre del 2015. Ahí están condensadas mis opiniones sobre el tema.

Los actos celebrados ayer organizados por la alta magistratura de Colombia, constaron de varios actos -los colombianos son muy emotivos en sus acciones- entre los cuales estuvieron el descubrimiento de una placa en el propio Palacio de Justicia, titulada:  ! Que cese el fuego ¡ y que recoge la relación de los muertos y desaparecidos durante el holocausto producido durante la toma y la retoma del palacio, un acto el Casa del Florero, donde llevaban a los sobrevivientes  que pudieron salir del palacio durante los acontecimientos y una misa en la Catedral, que se sitúa a un costado del palacio.

Placa commemorativa descubierta, con la relación de muertos y desaparecidos 

Qué cese el fuego fue grito Alfonso Reyes Echandía, presidente de la Corte Suprema, fallecido en la operación, dirigía al Gobierno de aquel momento, presidido por Belisario Betancourt, sin encontrar respuesta alguna. Es conocido que el gobierno fue aislado durante la retoma -¿golpe de estado ¿– donde el ejército de manera brutal y desproporcionada  retomó el palacio en base a no dejar piedra sobre piedra. Hoy algunos mandos militares que dirigieron la retoma están condenados en firme por esta actuación y por hacer desaparecer una docena de sobrevivientes. 

Casa del Florero, donde llevaban a los  supervivientes del Palacio de Justicia. Imagen de Juan Carlos Pachón

El ejercito de Colombia que maneja profusamente a su antojo los símbolos patrios; bandera, himnos, manos al pecho… no aguanta la mínima prueba del algodón, sobre su carácter democrático. Su connivencia con los paramilitares, la responsabilidad por haber asesinado a 6402 compatriotas para hacerlos pasar por guerrilleros, a cambio de ascensos, permisos y premios en metálico, la propia actuación en la retoma del palacio o sus propios actos; masacres, asesinatos, desapariciones…no permite homologarle a una organización democrática. También es justo reconocer que el ejército colombiano ha puesto demasiada sangre sobre la mesa, en las últimas décadas de conflicto

El actual ministro de Defensa tiene una tarea ingente por delante, como es el transformar un ejército educado para la guerra, en otro que apueste por políticas de paz.

lunes, 8 de agosto de 2022

TIEMPOS DE ESPERANZA EN COLOMBIA

Ayer nos conectamos para seguir la toma de posesión de un Gobierno de izquierdas en Colombia, de la mano de Gustavo Petro. Habían pasado excesivos años desde la última vez que lo hizo la izquierda.

La posesión fue una fiesta colorida y emotiva, abierta a la gente y cargada de símbolos; la espada de Bolívar como protagonista, la senadora María José Pizarro, hija del asesinado jefe del M-19 Carlos Pizarro poniendo la banda presidencial; las banderas de colores venidas de mil rincones; la música; los vestidos cargados de significados…

En su discurso Petro planteó un decálogo de tareas, en las cuales se comprometió primero con la búsqueda de la paz verdadera y definitiva, y para llegar a ella planteó también la necesidad de cambiar la política contra las drogas, porque calificó esa guerra como un fracaso rotundo. Invitó   a los violentos a dejar las armas, recordó que su idea es trabajar por los más vulnerables y gobernar con y para las mujeres de Colombia.

Petro en pleno discurso. A su derecha la espada de Bolívar. Imagen del Espectador

Habló de la inequidad histórica y fue enfático en la prioridad que tendrán los organismos de seguridad: batallar contra la corrupción. Recordó que estará abierto al diálogo. Habló de que los pudientes paguen impuestos justos a través de una nueva reforma tributaria, para poder hacer las reformas:  laboral, de las pensiones, de salud, de educación. Se trata de buscar cambios de fondo en las políticas públicas. Se mostró firme defensor de los acuerdos de paz del 2016 y de hacer suyas todas las recomendaciones de la Comisión de la Verdad.

Ahora toca pasar del discurso a los hechos porque los retos serán difíciles y la oligarquía colombiana y los poderes ocultos no se lo pondrán fácil. Como manifestaba a sus ministros: no podemos fallar. Eso esperamos desde España.

Se abre un tiempo de esperanza en Colombia. Ojalá ese anhelo no se quiebre.





jueves, 26 de mayo de 2022

SE HA IDO EMMA

Hemos acompañando en la distancia la marcha anticipada de nuestra amiga Emma Arcila Estrada. A esta antioqueña, periodista de profesión, la conocí en el 2001, abordándola en una feria latina que se hacía en la explanada del Museo de América de Madrid.

Emma Arcila Estrada. Imagen extraída de su Facebook 

Estaba al frente de una ONG y la solicité ayuda para que acompañase a una amiga en la tramitación de permisos y papeleos diversos, que días más tarde debería llegar a España. Esa amiga con el tiempo sería y sigue siendo mi mujer: Alix M. Sánchez. A partir de aquí se estableció una relación muy fecunda entre los tres que requeriría bastantes folios para describirla.

Supimos que Emma decidió dar el salto de su Medellín natal a España con los cincuenta años cumplidos. Dado que era una viajera empedernida no la importó venir conociendo las dificultades de integración laboral que existen en nuestro país cuando llegas a una cierta edad y peor si eres mujer.

Sorteó las situaciones como pudo, pero siguió viajando. Con el tiempo recorrió toda España – le gustaba especialmente Barcelona- y bastantes países europeos, sobre todo los del arco mediterráneo, preferidos por su historia, y Londres, donde tenía una amiga.

Con Alix tuvo una relación muy estrecha. Los primeros viajes a Andalucía y Barcelona los realizaron juntas y también unidas pasaron algunas fiestas navideñas, sobre todo en los primeros años. Frecuentaba nuestra casa de Cristóbal Bordiú y también la de Cades en Cantabria, donde pasaba días con nosotros en verano.

En Cades, en el 2013

En uno de ellos la recibimos junto a su madre Teresa. Dado que su apellido Estrada pudiese descender de Cantabria, visitamos el pueblo del mismo nombre de Val de San Vicente y la Torre de Estrada del siglo XII. También recorrimos algunos pueblos asturianos de Peñamellera Alta, donde pensaban podían encontrarse sus antepasados.

El contacto físico, aunque no el virtual, lo perdimos a principios del 2014 cuando decidimos irnos a vivir a Bogotá. Ella continuaba en España, aunque se mudó a vivir al pueblo costero mediterráneo de Altea.

Emma era una lectora empedernida. Además, escribía muy bien así que   abusando de su amistad nos corrigió textos de algunos trabajos que elaboramos en Colombia y posteriormente en España.

A partir de aquí ya solo nos vimos físicamente muy pocas veces. A su vuelta a Colombia nos visitó en nuestra casa de Bogotá. Hicimos un viaje juntos a Choachí, donde nos gustaba pasar los fines de semana y la fuimos a visitar Medellín en diciembre del 2015, donde hizo de perfecta anfitriona.

La última vez que estuvimos juntos fue en enero del 2020, en nuestro último viaje a Colombia. Junto a su hermano Aníbal, un paisa muy socarrón, hicimos algunas excursiones, una de ellas a Jardín, un bonito pueblo antioqueño al cual le viene muy bien su nombre. Por la noche entre tragos de aguardiente hacíamos algunas risas con las historietas que nos contaba Aníbal.

En Jardín, dándole al aguardiente, en el 2020

Para los que la conocíamos y la queríamos, su despedida ha sido una tragedia, sin embargo para ella, que tanto ha sufrido en los últimos meses, posiblemente haya sido una liberación. Emma, muchas gracias por lo que compartimos y por lo que nos diste. 

Alix y Fernando