viernes, 29 de enero de 2016

LA PLAZA DE LAS YERBAS DE BOGOTÁ

En Bogotá dos días a la semana -martes y jueves- se celebra un vistoso y original mercado nocturno de plantas medicinales. Desde las 10 de la noche del día anterior empiezan a aparecer los vendedores con sus mercancías provenientes de todo el país, consistente en plantas medicinales, esotéricas y aromáticas. Se hace por la noche para mantener la frescura de las plantas. La oferta la complementa raíces y cortezas medicinales.
 
Cartel alusivo a la plaza de las Hierbas

Este mercado mayorista llamado Samper Mendoza se ubica en la carrera 25 nº 22ª-73, muy próximo al famoso mercado generalista de Paloquemao. A mi llegada a Bogotá lo conocí pronto y lo he visitado bastantes veces de madrugada. Me propuse estudiar las cortezas medicinales y hacer una pequeña colección que guardo y espero trasladar a España. Son una docena de cortezas y bejucos muy aceptados por la farmacopea por sus cualidades medicinales. Me refiero a cortezas de quina roja -Cinchona pubescens- la cáscara sagradaRhamnus purshiana- la chuchuguazaMaytenus laevis- la uña de gatoUncaria tormentosa-, entre otras.
 
Algunas cortezas de mi colección

En Colombia existe una práctica ancestral de carácter indígena de acudir a remedios botánicos para tratar sus enfermedades. El mercado mayorista del que hablamos suministra materia prima a los laboratorios naturistas y a los puestos minoristas de todas las plazas distritales de la ciudad y los vendedores ambulantes de yerbas, que en Bogotá son muchos. Únicamente en el mercado contiguo de Paloquemao existen 16 puestos de venta de yerbas, cortezas y raíces medicinales. El mayor volumen de comercialización de plantas medicinales y aromáticas, según estudios realizados, son las que aparecen en el cuadro adjunto.


Nombre común
Nombre científico
Ajenjo
Artemisia absinthium
Boldo
Peumus boldus
Caléndula
Caléndula officinalis
Chuchuguaza
Maytenus laevis
Cidrón
Aloysia triphylla
Cola de caballo
Equisetum arvense
Diente de león
Taraxacum officinale
Eucalipto
Eucalyptus globulus
Ginkgo
Gingko biloba
Ginseng
Panax ginseng
Gualanday
Jaracaranda coerulea
Limoncillo
Cymbopogon citratus
Manzanilla
Chamomilla recutita
Marrubio
Marrubium vulgare
Ortiga
Urtica angustifolia
Prontoalivio
Lippia alba
 
Sábila
Aloe Vera
 
Sangre de grado
Croton lechleri
 
Sauco
Sambucus nigra
 
Toronjil
Melissa officinalis
 
Totumo
Crescentia cujete
 
Uña de gato
Uncaria tormentosa
 
Valeriana
Valeriana officinalis
 
Hierbabuena
Mentha piperita
Zarzaparrilla
Smilax offinalis

 
Algunos puestos de Hierbas del mercado de Paloquemao
En esta plaza, que es atendida por hombres y mujeres, desempeñan su oficio por herencia cultural a través de la tradición y han preservado los conocimientos de los beneficios, usos, producción y venta de plantas medicinales. Por ello, la plaza cobra importancia patrimonial y cultural, por la tradición oral campesina que allí se transmite de generación en generación, sobre los diferentes usos de las hierbas y sus bondades.
 
Vista parcial del mercado de las hierbas. Son las 8 de la mañana y el mercado está finalizando

Finalmente la utilidad de la plaza se completa con unos 40 módulos, ubicados en una esquina de la misma, para la manipulación y venta de hoja plátano en verde, explotado por unos 50 campesinos e indígenas del municipio de Coyaima, del Departamento del Tolima, para la elaboración de tamales. Ver video sobre esta actividad en: https://www.youtube.com/watch?v=j6Nm30RgYuo
 
 
Puesto de cortezas
  
Visitar este mercado es una recomendación que hago los bogotanos que todavía no le conocen. A su originalidad se suma su carácter didáctico entorno a las utilidades medicinales de las plantas. Antes de regresar a España me he prometido visitarle en plena actividad, en horas nocturnas.






 
 
 







sábado, 23 de enero de 2016

LA CULTURA ANFIBIA EN LA ISLA DE MOMPOX

La isla de Mompox ubicada en el Departamento de Bolívar se forma por la bifurcación que toma el río Magdalena a la altura del municipio de El Banco: uno es el brazo de Mompox, que desde este punto hasta la Boca de Tacaloa tiene cerca de 145 kilómetros de extensión y transporta un caudal de 633 metros cúbicos por segundo. El otro es el brazo de la Loba, de 175 kilómetros de longitud y un caudal de 5.724 metros cúbicos por segundo, luego de recibir las aguas de los ríos Cauca y San Jorge. La isla de Mompox la conforman seis municipios: Cicuco, Talaigua Nuevo, Mompox, San Fernando, Margarita y Hatillo de Loba.
 
Además de estos dos brazos, la isla está conformada por una serie de caños, ciénagas, meandros, madre-viejas y demás humedales, los cuales le dan una característica muy particular en términos ambientales y forman lo que se conoce como una parte de la depresión momposina. Esta isla, y en general toda la Depresión, ha sufrido a lo largo del tiempo un proceso de hundimiento debido al peso de los sedimentos y a su localización entre fallas geológicas activas. Algunos cálculos indican que en los dos últimos milenios este hundimiento pudo haber fluctuado entre cerca de 2 y 5 metros. 
 
Pintado del croquis de Orlando Fals Borda en Historia doble de la  costa .Tomo I. Obsérvese la isla de Mompox en verde y los brazos del Magdalena.

En casi todos los municipios de la isla de Mompox cerca del 80% del territorio se encuentra en zonas bajas, como ciénagas, caños y pantanos, mientras el restante 20% está constituido por tierras planas donde se encuentran los cascos urbanos y rurales del municipio, la mayoría de los cuales sufren las arremetidas de las crecientes del rio Magdalena. 

La Depresión Momposina está sujeta a los períodos de crecidas y de estiajes del río Magdalena y sus derivaciones. Durante el período de lluvias y crecientes, la mayoría de estos municipios se inundan hasta en un 80% de su territorio. Este sistema aluvial de crecientes presenta elementos a favor y en contra: proporciona fertilidad a los suelos, pero así mismo ocasiona las inundaciones, que afectan a la economía y a las condiciones de vida todas las poblaciones de la subregión. 

Según las variaciones del nivel de las aguas del río Magdalena, el año hidrológico se puede dividir en cuatro períodos: en marzo se tiene el mínimo nivel del agua. De abril a octubre se da un aumento progresivo del nivel de ríos y ciénagas. De noviembre a diciembre se presenta el máximo nivel de aguas y luego en enero- febrero disminuye el caudal de los ríos hasta llegar a su nivel mínimo en marzo.
 
Mapa del buscador Google sobre Colombia. Obsérvese las laminas de agua de la depresión momposina


En consecuencia este territorio se inunda gran parte del año, convirtiéndose en un enorme reto para la población y para la economía anfibia de la subregión. A pesar de su aislamiento y pobreza, en este hábitat de humedales los habitantes de la depresión Momposina han establecido una cultura y una economía anfibia, para adaptarse al medio natural.

 
Durante el período de lluvias y de inundaciones, la ganadería y la agricultura disminuyen su actividad, mientras se incrementa la pesca. En el caso  de la isla de Mompox, se practica la trashumancia, ya que durante el período de inundaciones la mayoría de las haciendas ganaderas quedan bajo las aguas. Esto obliga a los ganaderos a trasladar su ganado a zonas altas del Departamento del Magdalena. En época de estiaje el ganado regresa a las zonas bajas en donde crece el pasto una vez ha bajado la inundación.
 
Recogemos aquí las manifestaciones de un campesino de Santa Coa, de nombre Sebastián Arroyo, a Orlando Fals Borda durante su trabajo de campo para la publicación Historia doble de la costa, en su tomo I   Mompox y la Loba, publicado en 1979, que reproducimos integramente. Decía  así:
 
Santa Coa no era tan pobre y atrasado como lo ven ahora, nos dice. Tuvo su buena época, cuando podíamos trabajar y producir para nosotros mismos. Aprendimos a vivir de la pesca, la caza y la agricultura. De todo sabíamos, como sabemos todavía porque nuestra vida es una lucha permanente en que debemos defendernos en tierra y en agua, con todo lo que encontramos. Sembramos plátano, yuca, ñame, maíz y frutales aprovechando los seis meses en que el río no nos inunda los playones baldíos que quedan, y levantamos puercos, gallinas, pavos, morrocoyos y otros animales.  
Cuando pega el hambre nos vamos a la ciénaga a cazar yuyos y ponches, a pescar bagre y bocachico con anzuelo o atarraya, y a matar nutria y babilla para vender el cuero. Claro que hay que conocer bien estos oficios, pero ello nos viene en la sangre. De generación en generación van corriendo los secretos del agua y del barranco: cómo caminar sobre el badume flotador de la ciénaga; cómo canaletear con fuerza y gobernar la balsa de troncos para que no coja por torrentes sin salida; cómo defender las huevas de las dentelladas de la nutria; cómo ahumar el armadillo y pegotear el loro real; cómo evitar el fuete de la marimonda; cómo rajar y coser el vientre de la iguana viva para sacarle su sarta de huevos harinosos; cómo desprenderse sin mosquear las sanguijuelas que se pegan en las piernas desnudas; cómo, en fin, vadear el pantano sin temerle al tigre, al guío o al pérfido caimán. 
¡Es una cultura "anfibia", exclamó, no sin cierta admiración y envidia de citadino ante tamaño logro ecológico. Porque combina la eficiente explotación de los recursos de la tierra y del agua, de la agricultura, la zootecnia, la caza y la pesca, como los malibúes que se quedaron en Santa Coa.
 

Recreación de la cultura hidráulica Sinú. Acuarela perteneciente a la publicación: Colombia Anfibia, un país de humedales. Tomo 1.
 
Esta cultura anfibia es la continuidad de la cultura hidráulica prehispánica de los Sinú, que en la zona fueron maestros en la construcción de canales  para manejar el agua de las inundaciones, aprovechar la zona para la agricultura y establecer una numerosa población.
 

 

 

lunes, 18 de enero de 2016

MOMPOX – MAGANGUÉ: HISTORIA DE UN FENÓMENO NATURAL

El río Magdalena gracias a su posición geográfica que corta las ramas andinas, es la principal arteria fluvial del país a pesar de no ser el río más largo y más caudaloso de Colombia. Tiene una longitud de 1.500 kilómetros y es navegable desde el mar Caribe, donde desemboca, hasta Honda.
 
Este río fue por el que se adentraron los  conquistadores españoles para salvar la agreste y accidentada geografía colombiana, hacia el interior del país, donde fundaron Bogotá. En consecuencia, el río Magdalena  a lo largo de la historia ha sido preponderante en el comercio y el intercambio de bienes: transporte, trueque, importaciones, exportaciones, pesca, aprovechamiento de las tierras aledañas al río, haciendo del río un patrón primordial en la economía nacional.
 
En la época de la colonia, Mompox fundada el 3 de mayo de 1537 por Alonso de Heredia, fue significativa para la vida económica y política de la Nueva Granada. Por ella, ubicada junto a un brazo del río Magdalena, circulaban las mercancías provenientes de diferentes regiones del país, que buscaban los puertos de Cartagena y Santa Marta como punto de enclave del comercio internacional. También circularon productos de toda clase que entraban en el territorio nacional provenientes de Europa o las Antillas. Debido a su ubicación estratégica en la ruta que conectaba el Caribe con el centro administrativo y de gobierno, establecido en Bogotá, era paso obligado para la mayor parte de la burocracia imperial designada para desempeñar sus servicios en la Nueva Granada, y para el correo oficial.

Pintado del croquis de Orlando Fals Borda en Historia doble de la  costa .Tomo I. Obsérvese la isla de Mompox en verde y los brazos del Magdalena.
 
En el siglo XVIII se posibilitó a los colonos locales  el acceso a la tierra para la constitución de haciendas y además pudieron comprar títulos  nobiliarios ofrecidos por la corona española. Esta élite supo aprovechar la estratégica posición de Mompox en las comunicaciones que se establecían por el río Magdalena, y desarrolló rápidamente redes comerciales que le permitieron ampliar las fronteras de su economía. Dicho comercio impulsó el establecimiento de un gran número de artesanos de todo tipo en la villa, lo cual señalaba cierto nivel de vida entre sus habitantes y la importancia de las actividades agrícolas y mineras en la vida social local. Junto con el comercio, la navegación que primero se hacía en canoas, piraguas y champanes, vio con la llegada de vapores a inicios del siglo XIX, un incremento en el número de embarcaciones que transitaban por el puerto.
 
Municipio de El Banco; a la izquierda brazo de la Loba, enfrente brazo de Mompox. Abajo  llegada del Magdalena

A mediados del siglo XIX un fenómeno natural terminó aislando la isla de Mompox: el río Magdalena cambió de curso, lo que implicó el acelerado secamiento del brazo de Mompox, en beneficio del brazo de Loba. En los siguientes años, la navegación a vapor siguió utilizando esporádicamente el brazo de Mompox, pero en 1862 todo el flujo ya se realizaba por el de Loba. Esto generó la decadencia de Mompox y el auge de Magangué, ciudad que empezó a organizar hacia mediados del siglo XIX una gran feria comercial, a la cual llegaban compradores y vendedores de todo el país.
 
Puerto fluvial de Magangué

A pesar de las dificultades causadas por el aislamiento, las familias tradicionales momposinas conservaron en buen estado sus casonas señoriales. En efecto, por el estado de conservación del conjunto de sus edificaciones del centro histórico, la ciudad de Mompox fue declarada Monumento Nacional en 1959 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995.
 
Paseo fluvial de Mompox. A la  izquierda el río



Ese aislamiento, consecuencia del fenómeno natural descrito,  ha generado en Mompox una sociedad receptiva que, según nos decía el guía de la oficina de turismo, ha permitido la conservación de las hermosas casas coloniales.

miércoles, 13 de enero de 2016

A PROPÓSITO DEL ARTILUGIO LLAMADO MUSENGUE

Visitando Mompox en las fiestas pasadas observamos un artilugio  que nos dijeron que se llamaba musengue. Por un precio módico de 5.000 pesos –unos 1,5 €- lo adquirimos, ya que nos parecía muy bonito.
 
Este artilugio, cuyo nombre que no tiene entrada en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, es una especie de escobillón elaborado con la inflorescencia femenina de la palma del vino -attalea butyracea-  que se elabora soltando las fibras de la parte basal del racimo, una vez recogidos los frutos y cortadas todas las ramas, dando lugar unas fibras muy suaves, parecidas a las del fique o cabuya. El escobillón se compone de dos partes: el mango y las fibras separadas por una tira de neumático.
Musengue
Los musengues son usados en Mompox, pero se elaboran en tierras cercanas como Talaigua, San Fernando, Guamal, Lamedero y Margarita, donde este tipo de palma es abundante.
Este artilugio aparte de bonito es muy útil. La zona del Magdalena medio se caracteriza por tener unas temperaturas muy elevadas que al lado de los ríos, caños, cuerpos de agua y  humedales de los que tan abundantes existen en la zona, son fuente de todo tipo de insectos.
Al anochecer comienzan a aparecer los enjambres de jejenes, moscas, mosquitos y el musengue es una herramienta eficaz para sacudírselos de en medio.
Vendedora de Escobas y musengues por las calles de Mompox. Foto de David Lara
En tiempos de epidemias como la del chikunguña recientemente pasada, la del zika, las picaduras que producen el dengue o simplemente las de los insectos, el musengue cobra especial relevancia. No estaría de más que las autoridades sanitarias de Colombia, distribuyese esta bonita herramienta entre las viviendas de las zonas calientes, como instrumento para combatir las picadas de los mosquitos y sus posibles enfermedades derivadas de las mismas.
 
Inflorescencia femenina de la palma de vino, utilizada para elaborar musengues

De un lado, se generaría una actividad económica sostenible entorno a aprovechar mejor los recursos de esta palmera, que crece entre los 0 y los 1.000 metros de altitud y es abundante en zonas secas del Caribe, cuencas del Magdalena, alto Cauca y del Zulia. También se encuentran en los Llanos Orientales y en la Orinoquía. Del otro, sería un magnifico repelente de toda clase de insectos, que tantas enfermedades generan.
 
 
 
 
 



sábado, 9 de enero de 2016

ALGUNOS ENVUELTOS VEGETALES DEL DEPARTAMENTO DEL TOLIMA

En un reciente viaje para conocer la cerámica negra de La Chamba, hicimos noche en El Espinal. Paseando por sus calles y por su mercado  nos quedamos sorprendidos del número de envueltos vegetales que encontramos. Esta imagen se reforzó con la oferta gastronómica tolimense habida durante la feria Expoartesanias de este año, en Corferias.
 
Conocimos las arepas de arroz envueltas en hoja de plátano. Se confeccionan con maíz trillado puesto a remojar durante tres días, para molerlo a continuación en molino de hierro y finalmente cocinarlo en fuego medio-bajo hasta que forme un engrudo. Se deja enfriar para posteriormente  hacer las arepas que finalmente serán asadas sobre una plancha metálica o de barro. Una vez reposadas se envuelven en las hojas de plátano previamente soasadas.
Envueltos de arepas de arroz
Un segundo envuelto son los masaquitos  en hoja de plátano verde. Son unos dulces de color amarronado oscuro, confeccionados con coco, panela y arroz molido. Se comercializan en parejas amarrados mediante una cabuya.
 
Bandeja de masaquitos
 
Un tercer envuelto son los insulsos. Se confeccionan con  maíz puesto a ablandar en agua durante cuatro días. Se muele  y se cuela. Posteriormente se pone en una paila con panela, agua, unas hojas de naranjo agrio y canela, dejándolo hervir hasta formar una melaza. Se revuelve todo con una cuchara de palo para que espese y tome consistencia de natilla. Cuando la masa está tibia se pone sobre hojas de bijao o de plátano y se dobla un extremo hacia arriba y otro hacia abajo. Se pueden asar en el horno o se hierven en agua hasta que cocinen bien. Se suelen servir de acompañamiento del famoso plato tolimense denominado lechona.

 

Bandeja de insulsos

Un cuarto envuelto es el conocido como subido. Se hace con maíz pilado, es decir con maíz que previamente se le ha quitado la cascara. Existen varios procedimientos para ello, bien, hirviéndolo el maíz con cal o con ceniza.
 
Molido el maíz se mezcla con miel, raspadura de panela, canela y levadura para posteriormente ponerla al sol sobre una batea. Las hojas de plátano se pasan rápidamente por la llama –se soasan-  y se enrollan formando  cucuruchos cónicos para rellenarlas con la masa, doblándoles los extremos para que no se salga el relleno.
 
En una olla se pone una base de hojas de plátano y se instalan los cucuruchos, unos boca arriba y otros hacia abajo y se cubren con agua para hervirlos durante dos horas. Estos envueltos se comen acompañando las longanizas y las morcillas.
 
Bandeja de subidos
Un sexto envuelto es la denominada estaca. Se elaboran con masa de plátano, huevo, harina de maíz, panela y levadura. La masa se pone sobre los cucuruchos elaborados en hoja de plátano o bijao, al igual que los subidos, para finalmente hornearlos. Se comercializan de dos en dos unidos por una fibra.
 


Pareja de estacas

Por último están los quesillos envueltos en hoja de plátano. El quesillo tolimense tiene fama sobre otros que se hacen por todo el país.

                                                                                            Quesillos tolimenses



lunes, 4 de enero de 2016

LA EXPLOSIÓN DEL AGUA EN COLOMBIA

Puede parecer una provocación titular una entrada así, en estos momentos, en los que el fenómeno del niño está produciendo una gran sequía en el país, que conlleva un encaramiento generalizado de los alimentos de origen vegetal y restricciones de agua en muchos municipios, pero las contradicciones en Colombia son así; hay mucho agua en el país, pero no está en los depósitos municipales, ni en los grifos de sus habitantes.
 
El título se refiere a una interesante publicación que acaba de sacar a la luz el prestigioso Instituto de Investigación de Recursos Biológicos, Alexander Von  Humboldt, titulada: Colombia Anfibia, un país de humedales. Tomo 1. La publicación está disponible en la Web del instituto: http://www.humboldt.org.co/ e invito a los lectores interesados a que se la bajen.
 
La he hojeado durante las fiestas pasadas y uno no sale de su asombro de observar la riqueza hídrica que tiene éste país. De ahí el título escogido para la entrada. La publicación divide al país en seis zonas hídricas, a saber: Montaña y alta montaña, Amazonas, Caribe, Magdalena–Cauca, Pacífico y Orinoco, que forman ecosistemas diferenciados entre sí, con fauna y flora acuática diferenciada.
 
Las cifras son apabullantes. Por ejemplo hay más de sesenta denominaciones de los cuerpos de agua -humedales- según en qué zona hídrica se encuentren. ¿Se imaginan que lujo de conceptos y de terminologías hay que utilizar según uno se encuentre en una zona u otra del país? En la zona del Caribe, por ejemplo, existen las siguientes denominaciones para los cuerpos de agua : zapal, salitral, ronda, río, represa,  quebrada, pozo, playón, palmar, ojo de agua, manglar,  meandro, laguna costera, madrevieja, jagüey, firmal, estuario, catival, casimba y arracachal.
Denominaciones de los humedales
Los humedales, según el estudio, se dividen en aguas permanentes en abierto, permanentes bajo dosel, en temporales, en humedales de potencial medio y de potencial bajo. Esto representa que los humedales en Colombia tienen una extensión de 30.781,140 hectáreas, el 26 % de la superficie de todo el país. Esta superficie llevada a España es como si el 59% de la misma fueran humedales.La cuenca que más superficie en humedales arroja es la del Orinoco, seguida del Amazonas
 
Superficie de los humedales en Colombia
La tipología de los humedales se divide en laguna, manglar, ciénaga, pantanos, estanques y otros, registrándose la cifra 48.473 humedales existentes en Colombia.  La zona del Orinoco es la que conserva mayor numero de  ellos.
 
Superficie de los humedales en el Orinoco
Las dinámicas fluviales en Colombia son muy sui generis. En la Amazonia tal como expliqué en la entrada titulada: Dinámica Fluvial del Río Amazonas, del 12 de julio del 2014, en la época de lluvias se  produce la inundación de más de 250.000 km2 de bosques inundables – 47 veces la superficie de Cantabria -  y el río en algunas zonas alcanza los 40 kilómetros de ancho, cuando en la etapa vaciante  no pasa de los 1, 6 kilómetros.
 
Las inundaciones son vitales para la dispersión de sedimentos y fertilización de la várzea. Las grandes cantidades de cieno provenientes de los Andes juegan un papel importante en el enriquecimiento del suelo para el cultivo, así como la pudrición de los frutos y hojas que caen al agua de los arboles. Esta circunstancia es aprovechada por los habitantes ribereños para hacer sus sembrados, teniendo en cuenta el calendario fluvial o el tiempo que va desde las aguas descendentes a las altas.
 
Inventario de humedales en Colombia
Otra zona sui generis es la de la  Orinoquia en los Llanos colombo-venezolanos. Aquí al ser un territorio llano, como su propio nombre lo indica, en la época de lluvias se desbordan los ríos en muchas hectáreas y se cortan las carreteras por inundaciones. De tal manera que alguien que no conozca esta dinámica y vea una carretera muy bien pintada sobre un plano, es posible que se lleve la sorpresa de no poder pasar por la circunstancia descrita. Ver plano de la superficie de los humedales del Orinoco, de más arriba.
 
Por lo demás el libro recoge unas bonitas acuarelas, que dan ganas de enmarcarlas, sobre la flora y la fauna de cada zona hídrica descrita, los ciclos de la vida de la fauna, la emigración de los peces, el proceso migratorio de las aves, las culturas anfibias precolombinas…en fin bájenselo de internet que les merecerá la pena tener esta publicación.
 
 
NOTA: Todas las ilustraciones están tomadas del libro de referencia.