domingo, 26 de octubre de 2014

EL GENOCIDIO DE LA UNIÓN PATRIÓTICA

El pasado día 20 la Fiscalía General de la Nación, basada en las declaraciones de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, manifestó que 34 asesinatos de la Unión Patriótica, han sido declarados  como delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra. La declaración de estos casos como crímenes de lesa humanidad se traduce en que estos no prescriban y en que continúen su investigación.
 
En la declaración el Fiscal General  confirmó que se logró determinar que se trata de: ataques cometidos por grupos paramilitares, en algunos casos, en asociación con agentes del Estado, ataques generalizados, sistemáticos reiterados contra la población civil, ocurridos entre 1986 y 1996.
 
Esta noticia me da pie para escribir esta entrada, ya que había leído bastante sobre el genocidio de la Unión Patriótica, entre ellos el libro publicado por el Centro de la Memoria, Paz y Reconciliación de la Alcaldía Mayor de Bogotá. Se puede bajar en:



Portada de la publicación sobre la Unión Patriótica

La Unión Patriótica - UP - es un partido que surgió de una convergencia de fuerzas políticas de izquierda, a raíz del proceso de negociación mantenido a mediados de la década de 1980 entre el gobierno del presidente Belisario Betancur y el estado mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia,  FARC. En 1984, y como fruto de esos diálogos, las partes pactaron varios compromisos firmados, dando lugar a los llamados Acuerdos de La Uribe. En ellos se estipuló el surgimiento de un movimiento de oposición como mecanismo para permitir que la guerrilla se incorporara paulatinamente a la vida legal del país. Las condiciones que permitirían ese tránsito a la legalidad consistían en un compromiso gubernamental  para garantizar plenamente los derechos políticos a los integrantes de la nueva formación y la realización de una serie de reformas democráticas para el pleno ejercicio de las libertades civiles.
 
 
La UP desde su nacimiento tuvo un más que aceptable apoyo electoral. En las elecciones legislativas del 11 de marzo de 1986, obtuvo cinco senadores y nueve diputados con candidaturas propias. En alianza con otras fuerzas consiguió ampliar su representatividad a nueve senadores y dieciocho diputados. En las elecciones municipales obtuvieron importantes alcaldías y más de trescientos concejales. Gobernaron la ciudad de Apartadó, capital de Urabá, Remedios, Segovia…
 
 
En las presidenciales de 1986, su candidato Jaime Pardo Leal, sin apenas los  recursos de los partidos tradicionales,  obtuvo casi el 5% de los votos, siendo la tercera fuerza política en Colombia. Fue asesinado un año más tarde. Su sucesor en la Presidencia de la  UP y candidato presidencial en las elecciones generales de 1990, Bernardo Jaramillo Ossa, también asesinado en el aeropuerto de Bogotá, a manos de un sicario, meses antes de las elecciones generales de ese año.
 
 
Entierro de Jaime Pardo Leal, con la asistencia de más de 200.000 ciudadanos.

Desde el principio la Unión Patriótica fue sometida a toda clase de persecuciones y atentados. En el primer año, ya se ejecutaron los primeros asesinatos y desapariciones forzadas. Tras las agresiones se percibía la actuación de agentes gubernamentales y  de integrantes de grupos paramilitares. Las constantes violaciones a los acuerdos firmados, hicieron que se rompieran las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla. 

 
Estaba claro que se trataba de un proceso de exterminio llevado a cabo durante dos décadas y seis gobiernos de diferentes colores políticos, de una fuerza política legal, dentro de un  Estado formalmente  democrático y en el que se supone funciona el Estado de Derecho.

Los homicidios llevados a cabo en los municipios, perseguían no sólo erradicar la competencia electoral que representaba la militancia de izquierda, sino además saldar los conflictos sociales relacionados con los problemas laborales, de tenencia y acumulación de tierras, o de cobertura y costo de servicios públicos en el ámbito local. Entre las víctimas se han contado personas que junto a su filiación política estaban vinculadas a sindicatos, eran miembros de movimientos cívicos y organizaciones comunitarias, educadores o personas que, en su mayoría, tenían simplemente una relación de simpatía con la organización. 
 
El exterminio conjugaba diferentes formas de actuación. A los dirigentes nacionales- senadores y diputados – así como a los candidatos presidenciales, utilizaban el atentado individual, aprovechando  para ese fin operaciones encubiertas: contratación de sicarios adolescentes, operaciones mixtas entre unidades de inteligencia del ejército y grupos paramilitares, acción directa de los escuadrones de la muerte. Para el resto se utilizaban las masacres, operaciones de terror realizadas con el fin de provocar el desplazamiento forzado de la base social. En determinados sitios fue la fuerza pública la que actuó directamente, en otros lo hicieron los grupos paramilitares o el mismo Ejército usando prendas distintivas de los paramilitares.

Cuadro de los asesinados de la UP, según sus profesiones. Del libro "UP, expedientes contra el olvido"

El libro plantea la existencia de únicamente 137 sentencias sobre los 1598 crímenes cometidos, lo que arroja una impunidad del 91 %.  Abordar el  genocidio contra la UP, es uno de los  factores más poderosos de la búsqueda de una salida política al conflicto armado en Colombia. El desafío fundamental en este proceso, consistirá en una reparación plena de la cadena de crímenes políticos cometidos contra esta fuerza política.
 

miércoles, 22 de octubre de 2014

A PROPÓSITO DEL DOCUMENTAL "IMPUNITY"

El pasado miércoles, en el Canal Capital de Bogotá, tuve oportunidad de ver el documental colombiano Impunity. Tras la visualización del mismo  quedé sobrecogido.
 
Los autores del documental son dos periodistas colombianos Hollman Morris y Juan Carlos Lozano. El primero es el actual director del Canal y experto en derechos humanos. Vivió en España exiliado  algunos años.
 
El documental trata de hacer un balance de la Ley de Justicia y Paz, elaborada durante el Gobierno de Álvaro Uribe, en el 2005, que fija el marco jurídico para aplicar a los paramilitares desmovilizados. Durante su redacción y trámite, el proyecto de ley fue criticado por grupos de derechos humanos y las  Naciones Unidas, entre otras organizaciones. Sus críticos consideraron que era demasiado generoso al ofrecer penas únicamente de 5 a 8 años por delitos graves, aplicables a aquellos delitos que los mismos desmovilizados confiesen o que el Estado pueda probar posteriormente.
 
El documental recoge algunas de las prácticas asesinas de los paramilitares y sobre todo las comparecencias de los comandantes paramilitares acogidos a la Ley ,  ante la fiscalía general y ante las víctimas. Recoge también muchas imágenes de mujeres, que solicitan información ante los asesinos de sus familiares, sobre cómo murieron y dónde se encuentran los cadáveres, con una serenidad, que te deja con la boca abierta.
 


Cartel anunciador del documental

El  documental se inicia con una mujer víctima del conflicto, que recuerda entre lágrimas cómo ella y su madre, doce años atrás,  se atrevieron a desplazarse hasta la madriguera de los paramilitares, para recoger el cuerpo de su hermano menor decapitado. Cómo se echa al hombro el cuerpo de su hermano y su  madre la cabeza para  trasladarle al pueblo y  poder darle sepultura. Se pregunta: ¿Con qué se va a reparar esto? No hay con qué reparar".  
 
Las victimas en salas separadas preguntan a estos comandantes por sus familiares asesinados y desaparecidos y  los fiscales hacen preguntas generales indagatorias de la actividad criminal de estas organizaciones. Algunas respuestas son estas: 
 
- El máximo responsable de los paramilitares, Carlos Castaño, recibía diariamente a políticos,  empresarios y otras autoridades del Estado, en su escondite, que llegaban diariamente en una media de 4 o 5 helicópteros, lo que dio lugar a la parapolítica, en la que al menos un tercio del congreso y del senado durante el gobierno de Álvaro Uribe, estaban vinculados  a las organizaciones criminales.
 
- El documental recoge imágenes de cómo el actual alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, en su época de senador, recrimina a muchos de sus compañeros, en el parlamento, de estar sentados en el senado en representación de los que descuartizan niños en Colombia. 
 
- La connivencia de las organizaciones criminales con la policía y el ejército era muy elevada y frecuente. En un momento dado los mandos del ejército solicitan a las organizaciones criminales que sigan asesinando, pero que no dejan  los cuerpos tirados, porque eso les crea problemas con la opinión pública. En ese momento, los paramilitares, deciden instalar hornos crematorios para hacer desaparecer los cuerpos y empiezan las prácticas  de desmembrar los cuerpos y enterrarlos en fosas comunes. A julio del 2010, de los 48.000 desaparecidos, únicamente 960 familias habían recibido los restos de sus familiares.
 
Imagen de una fosa común de desaparecidos
 
- Los cadáveres de los asesinatos de los paramilitares, algunas veces eran aprovechados por los miembros del ejército, para utilizando los agujeros de las balas, volverles a disparar, para contabilizarlos como bajas del ejercito y mejora las eficacia de las unidades y los currículos de los mandos.
 
- El documental recoge la intervención de una sicóloga del Cuerpo Técnico de la Nación, dependiente de la Fiscalía General, explicándole a un par de mujeres, que piden asesoría para dar respuesta a las preguntas que un menor realiza en torno a la desaparición de su madre. Las recomienda para afrontar lo que podría llamarse el momento del dolor y de la pena,  decirle  al menor, que su madre ha sido llamada por Dios para estar en el cielo, porque Él consideró que era una mujer buena, tanto, que la quería tener a su lado. Sin comentarios.
 
Por último el documental ofrece los resultados de la aplicación de la  Ley de Justicia y Paz, que  ofreció entre 5 y 8 años de cárcel por la verdad y ha terminado con el 98 % de los casos en la impunidad. La connivencia de una parte del ejercito y  de la policía y de las llamadas fuerzas vivas y de la oligarquía colombiana, es la que impide clarificar  las mayores masacres y los mayores asesinatos, cometidos en los últimos 30 años.
 
El documental puede verse en: http://www.youtube.com/watch?v=439wCruslC4
 


sábado, 18 de octubre de 2014

LOS TRAPICHES PANELEROS COLOMBIANOS II

En la entrada anterior hemos visto como funciona un trapiche para la obtención de la  panela,  que no es más que el jugo de la caña azucarera deshidratada y solidificada.
 
En Colombia , sobre todo en el medio rural, tiene un gran predicamento por el gran numero de nutrientes disponibles y por ser soluble en cualquier líquido. Entre los grupos de nutrientes esenciales de la panela deben mencionarse los carbohidratos, los minerales, las proteínas, las vitaminas y las grasas.

La vitamina A es indispensable para el crecimiento del esqueleto y del tejido conjuntivo y forma parte de la púrpura visual, mientras que las vitaminas del complejo B como la B1 intervienen en el metabolismo de los ácidos y de los lípidos. La B6 participa en el metabolismo de los ácidos grasos esenciales y es fundamental en la síntesis de hemoglobina. La vitamina D, incrementa la absorción de calcio y fósforo en el intestino y la vitamina C, cumple con mantener el material intercelular del cartílago, dentina y huesos.

Tabla de la composición de la panela de El Socal
En definitiva, la panela reúne muchos más y mejores nutrientes que el azúcar refinado su  principal sustituto. Se puede decir que apenas  existen  puntos de comparación, dado que dicho azúcar está constituido en su totalidad por sacarosa con carencia absoluta de minerales y vitaminas.
 
El único producto que se le asemeja es la miel de abejas. La composición cualitativa de los dos alimentos es bastante similar, variando solamente el nivel de minerales, específicamente en hierro, calcio y fósforo, elementos que la panela contiene en cantidades notablemente superiores.
 
Una bebida muy popular en Colombia es el agua panela. Consiste en diluir un bloque de panela en agua hirviendo y añadirla jugo de limón. Se toma bien fría o caliente y está considerada una bebida energizante.

Agua panela lista para degustarla
Tambien sirve para edulcorar las bebidas que lo requieran.


miércoles, 15 de octubre de 2014

LOS TRAPICHES PANELEROS COLOMBIANOS I

Los trapiches son unos molinos previstos de tres rodillos, dotados de surcos, que prensan la caña de azúcar previamente deshojadas, para extraer su jugo. Antiguamente la fuerza motriz para extraerlo, eran los animales de tiro.
 
Colombia dispone de una gran industria rural trapichera, ya que produce 1,4 millones de toneladas anuales,- datos del 2012 - siendo el segundo país productor de panela del mundo después de la India. Se calcula que las diferentes zonas productoras de caña de azúcar, pueden alimentar a varios miles de estos trapiches y dar empleo a unos 320.000 trabajadores, incluyendo sembradores, cortadores, acarreadores de caña y a los propios de los trapiches.
 
Hace unos días tuvimos oportunidad de visitar uno y de conocer el proceso de la obtención de la panela. Se trata del trapiche El Socal, de la vereda San Emigdio, perteneciente al  Departamento de Boyacá. Esta zona panelera se la conoce como la Hoya del río  Suarez.  
 
Entrada del trapiche El Socal
En el molino visitado la caña es depositada en las puertas del propio trapiche para su deshojado y limpieza y posterior almacenamiento en el interior, cerca del molino. El molino es eléctrico de los del tipo horizontal y la molienda se realiza por comprensión. La caña sometida a la comprensión de los rodillos, propicia la salida del líquido de las cañas.
 
De esta manera se obtiene lo que se llama el jugo crudo y el bagazo. Este ultimo son los restos de la caña molida, que una vez secada sirve en el proceso como combustible para alimentar el horno.
 
Molino eléctrico,  tipo horizontal.
El jugo a la salida del molino discurre por una tubería a un prelimpiador donde se retiran las impurezas que puedan contener como hojas, trozos de bagazo, insectos.., para posteriormente y por gravedad pasar a unas pailas de evaporación y concentración .
 
Estas pailas que son de acero inoxidable están situadas encima de un horno horizontal de unos 12 metros de largo, en el que en un extremo se encuentra la boca del horno por donde se le alimenta con el bagazo y, por el otro, finaliza en la chimenea de salida de humos. La boca de estos hornos debe estar convenientemente orientada para que el aire circule en sentido longitudinal y traslade el calor próximo a la boca, hasta el final del horno.
 
 
Boca del horno, alimentado con bagazo

Las pailas ubicadas encima del horno sirven para evaporar el agua que contienen  los jugos y de esta manera aumentar la concentración de azucares. Este proceso se llama punteo, consistente en conseguir el punto adecuado  mediante el paleo manual que incorpora aire a las mieles en presencia del calor, operación que se hace con una gran pala cilíndrica, dotada de un mango de más de tres metros. El jugo se levanta con estas palas de gran capacidad y desde una altura de unos dos metros se deja caer para su oreo.
 
Punteo  manual de los jugos
 
El proceso panelero requiere de incorporación de algunos insumos, como agentes clarificadores como el mucílago del balso, agentes antiespumantes y antiadherentes.
 
Detalle de la pala de punteo
Una vez conseguido el punto del producto, se introduce en una batea para su paleo hasta que por cristalización se consigue la textura de la panela. Finalmente se pasa a los moldes, en el denominado cuarto de moldeo.
 
Moldeado de la panela
La panela ya introducida en los moldes, que suelen ser múltiples, en nuestro caso de  7x8, 5x2 cm, hasta que se solidifica durante el enfriamiento. Estos moldes producen pastillas de panela de 190 gramos. Enfriadas las pastillas son sacadas del molde, etiquetadas y embaladas en cajas de cuarenta pastillas.
 
La panela es un alimento muy importante en Colombia. A diferencia del azúcar que es básicamente sacarosa, la panela contiene proteínas minerales y  vitaminas, entre otros componentes.
 
Presentación de las panelas
 
Para una segunda entrada dejaremos las bondades nutritivas de la panela y  los usos de la misma en Colombia.
 
 
 
 
 

 
 
 

 

jueves, 9 de octubre de 2014

PUTUMAYO: LA VORÁGINE DE LAS CAUCHERÍAS

El pasado 23 de septiembre el Centro Nacional de la Memoria Histórica me invitó a la presentación de los dos tomos, que componen el informe sobre la muerte de más de 30.000 indígenas, a manos de las empresas caucheras,  acaecida en la zona del Putumayo colombiano. El informe lleva el título Putumayo: la vorágine de las caucherías, seguramente en honor de la célebre novela de José Eustaquio Rivera, titulada La Vorágine, que describe los desmanes y las tropelías de los empresarios caucheros en esa zona. Esta masacre está considerada la más importante entre las comunidades indígenas, después de las perpetradas por los españoles y los portugueses durante la colonia. 


Mesa presidencial de la presentación del informe
 
Para entender ese proceso hay que hacer mención a la Casa Arana, principal empresa cauchera, propiedad del empresario peruano Julio Cesar Arana. La fiebre del caucho de finales del siglo XIX se había extendido hasta el alto  amazonas, estableciendo barracones, depósitos o colonias en las riberas del río Putumayo.
 
Esta  zona era ya conocida por Julio Cesar Arana que había sido un buhonero a lo largo de los ríos durante la década de los 90. Había llegado a la ciudad de  Iquitos, que la hizo el centro de todas las operaciones, como vendedor de sombreros Panamá.
 
Inicialmente se asocia a caucheros locales para después por diferentes métodos desprenderse de ellos, quedándose con las Estaciones- La Chorrera y El Encanto - y explotar el caucho prácticamente en régimen de monopolio. El suministro de mercancías y de víveres con excesivos recargos, la formación de sociedades, la compra del caucho a bajos precios, la amenaza, la persecución, el asesinato y el secuestro de indios, fueron los sistemas utilizados por la casa Arana, para desembarazarse de los empresarios colombianos y consolidar su dominio sobre el territorio del Putumayo.
 
La labor a la cual fueron destinados los indios consistía en internarse en la selva y con sus cuchillos rayar los arboles del caucho que encontraban,  para extraer hasta la ultima gota de leche. El sistema impuesto era que las ganancias de los Jefes de Sección dependían directamente de las cantidades  de caucho entregadas por los indios. Esto provocó la instauración de un sistema de terror, obligando a los indios a recolectarlo en grandes cantidades. El método para hacer rentable el sistema consistía en infligir tormentos en presencia de sus familiares y frente a los miembros de su misma tribu. Los indígenas esclavizados por la casa Arana fueron los pertenecientes a las etnias  Uitoto, Muinane, Ocaina y los Bora.
 
El terror se implantaba mediante un ejercito de 400 indígenas jóvenes, llamados los muchachos, que armados  con fusiles y  adiestrados para ejercer de vigilantes, ejercían el terror entre sus paisanos. Estos fueron reforzados también por el reclutamiento de colonos traídos de la colonia inglesa de Barbados. Los muchachos tenían la ventaja sobre los colonos foráneos de conocer las lenguas, los hábitos y las costumbre de sus compatriotas. 
Los " muchachos" y los colonos barbadenses


Los escarmientos más usuales fueron la aplicación del látigo, el aprisionamiento  en cepos, el encadenamiento en lugares visibles, el semiahogamiento frente a los familiares, la violación de mujeres en presencia del  marido y los hijos, la mutilación de partes del cuerpo, la exposición de victimas desnudas atadas y colgadas de las manos, el lanzamiento   a las corrientes de los ríos de indígenas atados de pies y manos, la incineración con keroseno de indígenas vivos y el fusilamiento. Estas sanciones fueron aplicadas indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños.
 
Las atrocidades cometidas por la casa Arana empezaron a ser denunciadas por la prensa local de Iquitos – los diarios La Sanción y La Felpa - los cuales objetaban severamente las practicas de la empresa, que ya se había convertido en la compañía británica la  Peruvian Amazon Rubber Company.
 
 


Esta circunstancia de que fuera una empresa inglesa la causante de semejantes tropelías, incluidas la contratación de  súbditos británicos de la colonia  de Barbados, obligados a reprimir a los indígenas recolectores del caucho, dio lugar al famoso reportaje sobre el Putumayo, elaborado por Sir Roger Casement,  Consul General del Gobierno Británico en Río de Janeiro y entregado al Secretario de Asuntos Exteriores en 1911, en Londres.
El informe de Roger Casement y algunos artículos publicados en la prensa inglesa propiciaron una discusión en el Parlamento inglés que precipitó el fin de la empresa. Casement calificó a los agentes de la empresa Arana como hombres asesinos y torturadores de profesión, cuyas fortunas crecían en la medida de sus crímenes. Estos hombres se hallaban provisionados del armamento necesario para reducir a los indígenas a una obediencia basada en el terror, que puso en sus manos a tribus enteras a las que tenía gran interés en aterrorizar.
El Centro Nacional de Memoria Histórica, ha estado trabajando en un proyecto que busca rescatar las antiguas oficinas de la compañía cauchera en La Chorrera, para convertirla en un lugar de memoria.
Los espacios, las casas y edificios son recintos que albergan cosas y gente, pero albergan también recuerdos y significados.  Por eso se ha escogido precisamente la Casa Arana como la sede de una casa de pensamiento, un lugar en el que los mismos indígenas, usando sus propias investigaciones y sus propias técnicas narrativas, preserven la memoria de su genocidio.
 
Antigua estación cauchera de la Chorrera, futuro Centro de la Memoria
Los detalles de cómo se organizará la casa se están decidiendo todavía. Lo que se sabe es que el nuevo lugar vaciará la casa de su significado terrible. Como juzgándola por dentro, la Casa Arana, donde vivían y trabajan los victimarios, se convertirá en un espacio en el que las comunidades v explotadas puedan reunirse a contar su historia.
El proyecto, el primero de su clase en Colombia, abrirá sus puertas en 2015. 


NOTA: Los dos interesantes tomos sobre Putumayo: La Vorágine de las Caucherías, están disponible en la Web del Centro Nacional de la Memoria. Recogen la transcripción de cantidad de informes sobre la explotación del caucho en el Putumayo.

 



 
 
 






 
 
 










lunes, 6 de octubre de 2014

EL PLÁTANO: ¿MUSA PARADISÍACA O ENGENDRADOR DE VIOLENCIA?

Esta entrada está concebida a partir de la  investigación que en 1997 realizó el artista colombiano José Alejandro Restrepo en una instalación artística, donde reflexionó sobre la relación entre ciencia, mito, colonización y violencia, a partir del plátano-banano.
 
El célebre naturista sueco Carlos Linneo, creador de la taxonomía moderna, fue el  clasificador y creador de la nomenclatura en biología, llegando a tipificar más de 8.000 especies animales y unas 6.000 vegetales, entre ellas la del plátano, que le bautizó con el nombre científico de Musa paradisíaca.
 
Es sabido que los nombres científicos en botánica se asignan en honor al que hizo la primera descripción de la planta, o para homenajear  a alguna persona  determinada, sea política, científica .. o por la similitud entre el objeto estudiado y la palabra. Entonces, ¿qué  observó Linneo en el plátano para denominarlo Musa paradisíaca? o, mejor dicho, ¿ qué tiene que ver el plátano con la inspiración y el paraíso?
Racimo de musa paradisíaca
El siglo XIX fue prolijo en viajes que los europeos realizaron al nuevo mundo, dejándonos sus textos y sus dibujos de lo que veían y observaban. Estos documentos hablan no solo de los objetos de estudio, sean geográficos o humanos, también nos ilustran sobre la mirada del científico, de sus prejuicios e ideologías. Es el sempiterno error de occidentalizarlo todo.
 
Uno de esos viajeros fue el médico y botánico francés Charles de Saffray, que visitó Nueva Granada en 1861, escribiendo la obra Voyage à la Nouvelle - Grenade, editada en 1869, que contiene numerosas ilustraciones. En una de ellas aparece una mulata muy escotada, sentada debajo de una planta de plátano. Es la típica imagen de la visión colonial sobre el Nuevo Mundo, donde se mezclan exuberancia sexual y exuberancia natural.
Ilustración del Voyade à la Nouvelle-Granade,  de Charles de Saffray
Sin embargo, ésta riqueza mítica que encierra el plátano entra en contradicción con los acontecimientos violentos que ha tenido y sigue teniendo en Colombia y en otros países americanos, su explotación.
 
Von Humbodt en su ensayo político sobre la Nueva Granada, publicada en 1822, escribe la siguiente cita: En las colonias españolas se oye repetir que los habitantes de las tierras calientes no saldrán de la apatía en que  hace siglos están sumergidos, hasta que una real cédula mande destruir los platanales.


A nadie se le escapa que el plátano además de riqueza mítica es una riqueza económica. De esta manera se pueden entender el papel desarrollado por la United Fruit Company en el control  de la producción de plátanos-bananos, tanto en América Central como en la del Sur y su protagonismo y responsabilidad en la llamada masacre de las bananeras, acaecida en Colombia en 1928 y que fue objeto de sendas entradas en este blog. Ver:

 
 
La  multinacional Chiquita Brands International, sucesora de la United Fruit, maneja algo más del 50% de la comercialización del banano en el mundo y esto le permite imponer los precios a su antojo.  Los productores locales con los que se asocia deben firmar un contrato con cláusulas que los someten incluso a la derogatoria de la jurisdicción colombiana, a favor de la de Nueva York en casos de conflicto.
 
Una de las zonas de producción del plátano-banano en Colombia es el Departamento de Urabá,  una zona geoestratégica de Colombia, que permite el acceso  a los dos mares; Atlántico y el Pacífico. Esta circunstancia ha hecho que en este departamento sea el teatro de operaciones de los actores armados en estos últimos 25 años. Paramilitares y guerrilla han provocado múltiples masacres, sobre todo los primeros, financiados por las propias empresas bananeras.
 
De la lectura de la prensa local, únicamente en 1995 y 1996, hubo centenares de trabajadores bananeros asesinados, muchos de ellos decapitados, donde también se incluían mujeres. Las autoridades locales ante la pasividad del Gobierno Colombiano, buscó protección en las Naciones Unidas.

Matanza de trabajadores bananeros en Urabá
 
La historia parece decirnos que el plátano – banano no concuerda demasiado con su nombre  y más bien representa una fruta engendradora de violencia. La interpretación del banano pistola sobre el anagrama de Chiquita Brands, no deja lugar a dudas.
 
 

Interpretación de un anagrama de la violencia, en torno al plátano-banano
 
 

 
 
 

 
 
 


miércoles, 1 de octubre de 2014

MAPAS PARLANTES Y LA CARTOGRAFÍA PARTICIPATIVA

En las comunidades indígenas y afro descendientes de Colombia no es fácil encontrar alternativas económicas viables para sus territorios étnicos. Esto se debe a que las lógicas propias de estos grupos no permiten soluciones económicas que no se acoplen a su contexto.
 
Estos territorios suelen encontrarse en una situación desfavorable para competir en una economía de mercado; suelen ser zonas aisladas del resto y sin infraestructura para poder ubicar sus productos en el mercado.
 
Una característica de estas comunidades es que dependen directamente de los recursos naturales que les circundan para lo cual desarrollan múltiples actividades: practican la horticultura con una gran variedad de cultivos, en el bosque y en los recursos hídricos obtienen la mayor parte de los insumos alimentarios, medicinales, domésticos y artesanales.
 
La gran variedad de actividades desarrolladas impiden la especialización y constituyen un todo complejo que responde a calendarios  ecológicos y culturales precisos que reflejan un conocimiento detallado del medio y las reglas culturales para manejarlo.
 
En definitiva estamos ante unos modelos de desarrollo desconocidos para el mundo occidental, ya que  su objetivo fundamental es la pervivencia cultural de los pueblos en sus territorios y se fundamentan sobre las leyes naturales, los valores culturales y la ley de origen.
 
En definitiva, el desarrollo de estas comunidades se concibe como planes de vida elaborados mediante un proceso participativo de todos los miembros de la comunidad.
 
Una de las herramientas de auto diagnostico de un  territorio es la cartografía participativa o  social, o los llamados, mapas parlantes. Estas cartografías son herramientas de planificación y transformación social que hace posible una construcción del conocimiento desde la participación y el compromiso social.
 
Mapa de usos de una Comunidad del Vaupés
El ejercicio de esta cartografía sirve para construir conocimiento de manera colectiva; es un acercamiento  de la colectividad a su espacio geográfico, social, económico, histórico y cultural. Los diferentes tipos de saberes y conocimientos de los miembros, desatan procesos de comunicación entre los participantes,  para de esta manera poder llegar a una imagen colectiva del territorio.
 
Se pueden realizar todo tipo de mapas: ecológicos, de los espacios de uso, de los conflictos, de la presencia institucional, … y además se pueden elaborar reflejando la realidad pasada, la  presente o la futura prevista.
 
Mapas representando la evolución de la vereda  La Guayacana 
Mapas representando la evolución de la vereda  La Guayacana 
Hace 40 años la vereda la Guayacana era un territorio con casas de chozas- excepto las pertenecientes al ferrocarril -, lo cruzaba el ferrocarril y con grandes reservas madereras de guayacán  que dan nombre a la vereda. En estos años transcurridos se aprecia una fuerte colonización, con cambios en la arquitectura tradicional al introducirse las casas de concreto con tejados de zinc, en sustitución de los de fibras vegetales anteriores,  la desaparición del ferrocarril y la aparición de la carretera. 
 
Además se aprecia la presencia de los cultivos ilícitos- la coca – y su erradicación mediante la fumigación aérea con glifosato, que contamina los suelos y las fuentes hídricas.  En general se aprecia una disminución y empobrecimiento de los recursos naturales y de la fauna. Desaparece el bosque en favor del rastrojo.

No es fácil elaborar estos mapas. Se requiere de una organización y  una preparación  clara y cuidadosa de las preguntas que orientaran el trabajo del grupo. Un orientador deberá organizar un taller previo a la actividad. 

Finalmente, el Centro Nacional de la Memoria Histórica, para sus archivos donde acopia,  preserva y custodia los testimonios referidos a los Derechos Humanos en Colombia, ha aceptado los mapas parlantes como una herramienta fundamental para recoger los testimonios orales de los pueblos indígenas.

Mapa descriptivo del asesinato y descuartizamiento de un líder Arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta, por los paramilitares, en noviembre del 2003. Revista Conmemora. Edición 1.2014.

NOTA: Esta entrada ha sido posible gracias a la consulta y  lectura de los cuatro cuadernos titulados: Herramientas para la formación en contextos interculturales, de Van der Hammen, María Clara; Frieri, Sandra; Zamora, Norma Constanza y Navarrete, Mª Patricia. Servicio Nacional de Aprendizaje, Tropenbos Internacional Colombia, NUFFIC –NPT. Bogotá 2012.