El pasado 23 de septiembre el
Centro Nacional de la Memoria Histórica me invitó a la presentación de los dos
tomos, que componen el informe sobre la muerte de más de 30.000 indígenas, a
manos de las empresas caucheras,
acaecida en la zona del Putumayo colombiano. El informe lleva el título Putumayo: la vorágine de las caucherías,
seguramente en honor de la célebre novela de José Eustaquio Rivera, titulada La Vorágine, que describe los desmanes y
las tropelías de los empresarios caucheros en esa zona. Esta masacre está
considerada la más importante entre las comunidades indígenas, después de las
perpetradas por los españoles y los portugueses durante la colonia.
Mesa presidencial de la presentación del informe |
Para entender ese proceso hay
que hacer mención a la Casa Arana, principal empresa cauchera, propiedad del
empresario peruano Julio Cesar Arana. La fiebre del caucho de finales del siglo
XIX se había extendido hasta el alto amazonas,
estableciendo barracones, depósitos o colonias en las riberas del río Putumayo.
Esta zona era ya conocida por Julio Cesar Arana
que había sido un buhonero a lo largo de los ríos durante la década de los 90.
Había llegado a la ciudad de Iquitos, que
la hizo el centro de todas las operaciones, como vendedor de sombreros Panamá.
Inicialmente se asocia
a caucheros locales para después por diferentes métodos desprenderse de ellos,
quedándose con las Estaciones- La Chorrera y El Encanto - y explotar el caucho
prácticamente en régimen de monopolio. El suministro de mercancías y de víveres
con excesivos recargos, la formación de sociedades, la compra del caucho a
bajos precios, la amenaza, la persecución, el asesinato y el secuestro de
indios, fueron los sistemas utilizados por la casa Arana, para desembarazarse de
los empresarios colombianos y consolidar su dominio sobre el territorio del
Putumayo.
La labor a la cual
fueron destinados los indios consistía en internarse en la selva y con sus
cuchillos rayar los arboles del caucho que encontraban, para extraer hasta la ultima gota de leche.
El sistema impuesto era que las ganancias de los Jefes de Sección dependían
directamente de las cantidades de caucho
entregadas por los indios. Esto provocó la instauración de un sistema de
terror, obligando a los indios a recolectarlo en grandes cantidades. El método para hacer rentable el sistema consistía en infligir tormentos en presencia de sus familiares y frente a los
miembros de su misma tribu. Los indígenas esclavizados por la casa Arana
fueron los pertenecientes a las etnias Uitoto,
Muinane, Ocaina y los Bora.
El terror se implantaba
mediante un ejercito de 400 indígenas jóvenes, llamados los muchachos, que armados con fusiles y
adiestrados para ejercer de vigilantes, ejercían el terror entre sus
paisanos. Estos fueron reforzados también por el reclutamiento de colonos traídos
de la colonia inglesa de Barbados. Los muchachos tenían la ventaja sobre los
colonos foráneos de conocer las lenguas, los hábitos y las costumbre de sus
compatriotas.
Los " muchachos" y los colonos barbadenses |
Los escarmientos más usuales fueron la aplicación
del látigo, el aprisionamiento en cepos,
el encadenamiento en lugares visibles, el semiahogamiento frente a los
familiares, la violación de mujeres en presencia del marido y los hijos, la mutilación de partes
del cuerpo, la exposición de victimas desnudas atadas y colgadas de las manos,
el lanzamiento a las corrientes de los
ríos de indígenas atados de pies y manos, la incineración con keroseno de
indígenas vivos y el fusilamiento. Estas sanciones fueron aplicadas
indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños.
Las atrocidades cometidas por
la casa Arana empezaron a ser denunciadas por la prensa local de Iquitos – los
diarios La Sanción y La Felpa - los cuales objetaban severamente las practicas
de la empresa, que ya se había convertido en la compañía británica la Peruvian Amazon Rubber Company.
Esta circunstancia de que
fuera una empresa inglesa la causante de semejantes tropelías, incluidas la
contratación de súbditos británicos de
la colonia de Barbados, obligados a
reprimir a los indígenas recolectores del caucho, dio lugar al famoso reportaje
sobre el Putumayo, elaborado por Sir Roger Casement, Consul General del Gobierno Británico en Río
de Janeiro y entregado al Secretario de Asuntos Exteriores en 1911, en Londres.
El informe de Roger Casement y algunos artículos publicados
en la prensa inglesa propiciaron una discusión en el Parlamento inglés que precipitó
el fin de la empresa. Casement calificó a los agentes de la empresa Arana como hombres asesinos y torturadores de profesión,
cuyas fortunas crecían en la medida de sus crímenes. Estos hombres se hallaban provisionados del armamento
necesario para reducir a los indígenas a una obediencia basada en el terror,
que puso en sus manos a tribus enteras a
las que tenía gran interés en aterrorizar.
El Centro
Nacional de Memoria Histórica, ha estado trabajando en un proyecto que
busca rescatar las antiguas oficinas de la compañía cauchera en La Chorrera,
para convertirla en un lugar de memoria.
Los espacios, las casas y edificios son recintos que
albergan cosas y gente, pero albergan también recuerdos y significados. Por eso se ha escogido precisamente la Casa
Arana como la sede de una casa de
pensamiento, un lugar en el que los mismos indígenas, usando sus propias
investigaciones y sus propias técnicas narrativas, preserven la memoria de su
genocidio.
Los detalles de cómo se organizará la casa se están
decidiendo todavía. Lo que se sabe es que el nuevo lugar vaciará la casa de su
significado terrible. Como juzgándola por dentro, la Casa Arana, donde vivían y
trabajan los victimarios, se convertirá en un espacio en el que las comunidades
v explotadas puedan reunirse a contar su historia.
El proyecto, el primero de su
clase en Colombia, abrirá sus puertas en 2015.
NOTA: Los dos interesantes tomos sobre Putumayo: La Vorágine de las Caucherías, están disponible en la Web del Centro
Nacional de la Memoria. Recogen la transcripción de cantidad de informes sobre
la explotación del caucho en el Putumayo.
En este enlace se pueden bajar: http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes/informes-2014/putumayo-la-voragine-de-las-caucherias
No hay comentarios:
Publicar un comentario