lunes, 6 de octubre de 2014

EL PLÁTANO: ¿MUSA PARADISÍACA O ENGENDRADOR DE VIOLENCIA?

Esta entrada está concebida a partir de la  investigación que en 1997 realizó el artista colombiano José Alejandro Restrepo en una instalación artística, donde reflexionó sobre la relación entre ciencia, mito, colonización y violencia, a partir del plátano-banano.
 
El célebre naturista sueco Carlos Linneo, creador de la taxonomía moderna, fue el  clasificador y creador de la nomenclatura en biología, llegando a tipificar más de 8.000 especies animales y unas 6.000 vegetales, entre ellas la del plátano, que le bautizó con el nombre científico de Musa paradisíaca.
 
Es sabido que los nombres científicos en botánica se asignan en honor al que hizo la primera descripción de la planta, o para homenajear  a alguna persona  determinada, sea política, científica .. o por la similitud entre el objeto estudiado y la palabra. Entonces, ¿qué  observó Linneo en el plátano para denominarlo Musa paradisíaca? o, mejor dicho, ¿ qué tiene que ver el plátano con la inspiración y el paraíso?
Racimo de musa paradisíaca
El siglo XIX fue prolijo en viajes que los europeos realizaron al nuevo mundo, dejándonos sus textos y sus dibujos de lo que veían y observaban. Estos documentos hablan no solo de los objetos de estudio, sean geográficos o humanos, también nos ilustran sobre la mirada del científico, de sus prejuicios e ideologías. Es el sempiterno error de occidentalizarlo todo.
 
Uno de esos viajeros fue el médico y botánico francés Charles de Saffray, que visitó Nueva Granada en 1861, escribiendo la obra Voyage à la Nouvelle - Grenade, editada en 1869, que contiene numerosas ilustraciones. En una de ellas aparece una mulata muy escotada, sentada debajo de una planta de plátano. Es la típica imagen de la visión colonial sobre el Nuevo Mundo, donde se mezclan exuberancia sexual y exuberancia natural.
Ilustración del Voyade à la Nouvelle-Granade,  de Charles de Saffray
Sin embargo, ésta riqueza mítica que encierra el plátano entra en contradicción con los acontecimientos violentos que ha tenido y sigue teniendo en Colombia y en otros países americanos, su explotación.
 
Von Humbodt en su ensayo político sobre la Nueva Granada, publicada en 1822, escribe la siguiente cita: En las colonias españolas se oye repetir que los habitantes de las tierras calientes no saldrán de la apatía en que  hace siglos están sumergidos, hasta que una real cédula mande destruir los platanales.


A nadie se le escapa que el plátano además de riqueza mítica es una riqueza económica. De esta manera se pueden entender el papel desarrollado por la United Fruit Company en el control  de la producción de plátanos-bananos, tanto en América Central como en la del Sur y su protagonismo y responsabilidad en la llamada masacre de las bananeras, acaecida en Colombia en 1928 y que fue objeto de sendas entradas en este blog. Ver:

 
 
La  multinacional Chiquita Brands International, sucesora de la United Fruit, maneja algo más del 50% de la comercialización del banano en el mundo y esto le permite imponer los precios a su antojo.  Los productores locales con los que se asocia deben firmar un contrato con cláusulas que los someten incluso a la derogatoria de la jurisdicción colombiana, a favor de la de Nueva York en casos de conflicto.
 
Una de las zonas de producción del plátano-banano en Colombia es el Departamento de Urabá,  una zona geoestratégica de Colombia, que permite el acceso  a los dos mares; Atlántico y el Pacífico. Esta circunstancia ha hecho que en este departamento sea el teatro de operaciones de los actores armados en estos últimos 25 años. Paramilitares y guerrilla han provocado múltiples masacres, sobre todo los primeros, financiados por las propias empresas bananeras.
 
De la lectura de la prensa local, únicamente en 1995 y 1996, hubo centenares de trabajadores bananeros asesinados, muchos de ellos decapitados, donde también se incluían mujeres. Las autoridades locales ante la pasividad del Gobierno Colombiano, buscó protección en las Naciones Unidas.

Matanza de trabajadores bananeros en Urabá
 
La historia parece decirnos que el plátano – banano no concuerda demasiado con su nombre  y más bien representa una fruta engendradora de violencia. La interpretación del banano pistola sobre el anagrama de Chiquita Brands, no deja lugar a dudas.
 
 

Interpretación de un anagrama de la violencia, en torno al plátano-banano
 
 

 
 
 

 
 
 


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