Durante diciembre del
pasado año y el mes de enero del presente, tuve oportunidad de visitar el magnífico
caos de las tres fronteras colombo-venezolanas del Norte de Santander. De la impresión
que me causaron ya dejé escrito sendas entradas en este blog.
Si vuelvo ahora es para
hacerme eco de una exposición de la artista mexicana, Teresa Margolles, residente
en Madrid, titulada Piedra, donde
cuenta la historia de las carretilleras, mujeres que armadas de carretillas
transportan mercancías en el puente internacional Simón Bolívar, que define la
frontera, la más importante de las tres, entre Colombia y Venezuela. Un trabajo
duro, precario, mal pagado y peligroso de por sí que, desde el cierre rodado de
dicha frontera, se ha convertido en una apuesta con el destino. El proyecto de
exposición se recoge en el Museo de Arte Moderno de Palma de Mallorca.
Fotografía de la
exposición “Piedra”
Se calculan que unos
38.000 venezolanos cruzan diariamente a Colombia; 30.000 lo
hacen por las fronteras y el resto por trochas. Este trasiego se hace fundamentalmente
para comprar productos básicos en el lado colombiano, ante la escasez de los
mismos en su país. Esto requiere de una logística de transporte como son las carretilleras,
porteadores, taxistas, dueños de busetas y micro buses, que no paran de mover hombres
y mercancías hasta ese límite fronterizo que cruzan andando.
Una imagen de la crisis; billetes de 100 bolívares.
Todos esos billetes equivalen a 85 € del 2017
Precisamente, en este
contexto de grave crisis económica del sálvense quien pueda, aparecen
estas mujeres carretilleras, mano de obra invisible y vulnerable en un lugar
tan peligroso. De eso trata la exposición de Teresa, de interpelarnos
sobre la peligrosa indiferencia, para que no se olviden las pequeñas historias
privadas de dolor y lucha, que merecen respeto y atención y que son una
vergüenza para toda la humanidad.
NOTA. Las fotografías pertenecen a la autora de la exposición
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