La plaza de Bolívar
de Bogotá es el epicentro del poder del país y es el primer lugar que se
visita cuando uno llega a la ciudad. En la plaza se condensa el poder legislativo,
Capitolio, el Judicial, Palacio de Justicia, el eclesial, Catedral
y Palacio arzobispal y cerrando el rectángulo, el poder local, Alcaldía
Mayor de la ciudad.
Sin embargo, esto no
fue siempre así. La plaza era un espacio mercantil y comercial y únicamente ha aguantado el
paso del tiempo la Catedral y el palacio anexo.
Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar en 1846 |
También ha aguantado
el paso del tiempo tres de las esquinas de la plaza. Al nordeste todavía existe
la famosa casa de José González Llorente, convertida hoy en Museo de la Independencia,
al sureste, el famoso colegio mayor de San Bartolomé, que data de 1605 y, finalmente
al suroeste, una bonita casa colonial, que acoge actualmente la oficina de
información turística del centro histórico.
Durante el siglo XIX
fue una plaza muy versátil. Lo mismo se organizaban ceremonias dotadas de mucha
parafernalia, que era ocupada por los campesinos de los alrededores de la
ciudad, que comercializaban sus productos.
Ceremonia en la Plaza Bolívar de finales de siglo XIX |
Precisamente, de un
día de mercado en la plaza, se aprovecharon los criollos organizados en el viejo
Observatorio Astronómico, para planificar los sucesos del famoso 20 de julio
de 1810, que supuso el inicio de la independencia de Colombia. Se explica muy
bien en el museo que ocupa la antigua casa de Llorente.
Mercado en la plaza, al fondo las galerías Arrubla |
De esta versatilidad
hay algunos dibujos confeccionados por viajeros extranjeros que visitaron el
país durante la segunda parte de ese siglo.
Plaza Bolívar hacia 1890. Capitolio enfrente, esquina izquierda colegio San Bartolomé y a la derecha las galerías Arrubla |
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