Ayer leyendo la
prensa de Colombia a través de Internet, me entero con gran sorpresa del fallecimiento
de Alfredo Molano. A este hombre le debo que, a través de la lectura de sus
libros, haya podido aprender a interpretar y a conocer a Colombia.
Para un europeo
entender lo acontecido en ese país en los últimos cincuenta años no es fácil.
Alfredo me ayudó, cuando por motivos profesionales tuve que residir en él, los
años 1996 y 1997, y pude adquirir algunas de sus publicaciones que leía con fruición.
Posteriores viajes -estoy casado con una colombiana- he ido
completando las lecturas siempre interesantes de sus nuevas publicaciones.
Amenazado por los
paramilitares tuvo que salir del país y exiliarse en España durante tres años, concretamente
en Barcelona, donde escribió DESTERRADOS, Crónicas del desarraigo, en
cuya introducción explicaba los motivos por los que tuvo que abandonar Colombia
y lo que sentía y lo que echaba en falta en la ciudad de acogida.
Alfredo Molano. Fotografía de la Comisión de la Verdad de Colombia |
En ese preámbulo decía:
escribir sobre realidad de Europa es aún más difícil porque casi todas
carecen de resonancia en nuestro infierno. ¿Qué importancia puede tener para mí
el Plan Hidrológico de España, frente a los cincuenta campesinos asesinados a
machete en Chengue por lo paramilitares? Leo los debates a que ese plan da lugar y me
parece que están hablando de los fósiles de los microorganismos encontrados en
un meteorito caído de Marte hace cien años.
Alfredo nos ha dejado
huérfanos, incluida a la Comisión de la Verdad en la que, sin minusvalorar al
resto de comisionados, era una garantía en la tarea de poner
en negro sobre blanco, lo ocurrido en Colombia en los últimos cincuenta años.
Descansa en paz Alfredo. Muchos te echaremos de menos.
Descansa en paz Alfredo. Muchos te echaremos de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario