Charles
Saffray y Edourd André fueron dos viajeros franceses que visitaron Nueva
Granada durante el siglo XIX. Las impresiones de sus viajes fueron publicadas
en la revista francesa Le Tour de Monde.
Saffray
recorrió el país durante 1869 y sus impresiones publicadas en los años 1872 y 1873,
mientras André lo hizo en 1875 y al siguiente año, y publicadas en los
siguientes dos años. Las laminas que analizamos forman parte de esas
publicaciones y se refieren a lo que ambos viajeros vieron en ese ultimo tercio
del siglo XIX.
El alumbrado publico de Bogotá, tal como recoge el interesante
trabajo publicado:Historia de la empresa de
Energía de Bogotá. 1896-1927.Tomo I. https://www.grupoenergiabogota.com/informacion-corporativa/historia#tab1 de varios autores, donde dedican un capitulo a la iluminación publica
de la ciudad y, otro, a las descripciones que de la misma realizaron diversos
viajeros que la visitaron, fue bastante caótica, retardada y en muchas
ocasiones boicoteada.
Ingenioso sistema de regulación del farol mediante polea. Posiblemente farol de vela |
Por ejemplo, el diplomático francés Le Moyne que vivió en Bogotá entre 1828 y 1839
nos relata que: en esa época no había mas de tres o cuatro calles alumbradas y eso de forma muy deficiente. En la calle Real que era la
principal no había mas que seis faroles con una triste vela cada uno. En razón
de esta oscuridad casi absoluta los vecinos de Bogotá tenían la costumbre,
cuando salían por la noche de llevar un farolillo o hacerse acompañar por un criado que lo llevara...
Más tarde, ya en 1884, Miguel Cané relata que en esa época el visitante de Bogotá era como si se transportara a la España de Cervantes, a la España
del siglo XVIII y cita: en las esquinas de lado a lado la cuerda que sujeta por
la noche el farol de luz mortecina que una piedra remplaza durante el día. Al
caer la tarde el sereno lo enciende y con pausado brazo lo eleva hasta su
triste posición de ahorcado.
En esta ultima cita, parece que habla de los faroles de las láminas presentadas que, a través de un ingenioso sistema de poleas, se pueden regular la altura de los mismos, desde el
suelo para encenderlos, hasta la altura convenida para la iluminación de la calle. Este sistema tendría mayores riesgos de vandalismo que otros -farol fijo en altura- que el sereno debía evitar.
Calle bogotana. Farol regulado con poleas. En este caso el farol sobre extremo de la calle |
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