martes, 28 de abril de 2020

LA CANTABRIA FALLIDA, EN LA ORINOQUIA VENEZOLANA II


La Nueva Cantabria se sabe que fue fundada en 1644 por el gobernador y capitán general de la Guayana, Martín de Mendoza, como primer poblado de colonización a orillas del Orinoco, con criterio agroproductor y abierto a la economía colonial.

Se instala en las proximidades del poblado indígena Caraboto, al oeste de un cerro, junto a la boca del río Guárico, en un lugar estratégico que algún autor sitúa en 7º 39´ N y 66º 15´ W, y que coincide con la actual población de Cabruta.

Fotografía aérea de Cabruta. Las Coordenadas de la Nueva Cantabria, coinciden con las de esta población. El cerro citado es el que aparece a la izquierda del casco urbano
Una vez llegada la expedición a Nueva Cantabria, Jacinto de Carvajal se queda en la misma, mientras el capitán Ochogavia continúa navegando Orinoco abajo, hasta la Guayana, para dar cuenta al gobernador de su descubrimiento.

En ese tiempo Jacinto ejerce de su oficio y nos relata las bondades del poblado que lo acoge. Dice:

Nueva Cantabria, situada en ella iglesia, plaza, rollo, cárcel, calles, casas, fragua, con disposición de carnicería, aguada, puerto, bajeles, ciénaga abundante para pescas, como muy crecidas tropas de ganado vacuno para el abasto sobrado de la carne, sin que faltar pueda en el discurso del año toda su abundancia, con un palenque muy fornido para su encierro.

Soneto del descubridor dedicado al Gobernador 
También nos describe las actividades cotidianas de los soldados:

Después de haber oído misa se divierten en sus asiduas pescas, tirar al blanco, limpiar sus armas, tejer cuerda, labrar alpargatas, perfeccionar balas, hacer municiones menudas, matar paujíes, pavas reales, patos y otra volatería de que abundan en las márgenes del Orinoco. 

La existencia de la Nueva Cantabria fue efímera. La baja Orinoquia fue un terreno convulso por la presencia temprana de los holandeses y posteriormente de los ingleses. La integridad territorial fue perturbada en 1648 a raíz de la firma  tratado de Munster cuando España admite inserciones extremo orientales del terreno guayanés de Holanda y de Francia.

Casi cien años más tarde el misionero Juan Rotella fundó una misión en las proximidades, sin saber de la existencia de la Nueva Cantabria. 

Dibujo de Jacinto de Carvajal, autor del documento 

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