sábado, 23 de agosto de 2014

JUAN DE CASTELLANOS EN TUNJA

El fin de semana pasada tuvimos oportunidad de hacer noche en Tunja. Nos habían entregado, por fin, el coche que habíamos comprado un par de meses antes y decidimos hacer una excursión aprovechando el puente.
 
Tunja es la capital del Departamento de Boyacá. Fue fundada por el malagueño Gonzalo Suarez Rendón en 1539. Actualmente es una ciudad de unos 200.000 habitantes, famosa por albergar un distrito universitario muy solvente de  universidades públicas y sobre todo  privadas. Además alberga un patrimonio religioso muy importante,  herencia española. Está situada a una altitud de 2.775 metros y suele hacer un frio que pela.
 
Paseando por ella tuvimos oportunidad de encontrarnos varias placas- los colombianos son muy aficionados a colocar placas por cualquier causa, aunque, en este caso, son merecidas- y algún monumento al cronista, poeta, soldado y clérigo, Juan de Castellanos.


Placa alusiva a la casa de Juan de Castellanos en Tunja
 
Juan de Castellanos nació en Alanís, un pequeño pueblo de la sierra norte de Sevilla, en 1522. Se cree que  llegó a Puerto Rico con Juan de León, probablemente cuando tenía ocho años. Se supone que trabajó como monaguillo en la iglesia metropolitana y aprovechó esos años para recibir instrucción con el obispo en latín, estudió humanidades y autores clásicos, lo que le sirvió más tarde en el sacerdocio.
 
A los catorce años, se enroló en las filas del gobernador Antonio Sedeño, al mando del capitán Rodrigo Vega, para ir a pelear contra el conquistador Jerónimo Ortal en la Isla Trinidad, donde salieron derrotados. Como aventurero tuvo una vida agitada, estuvo en el Meta capturando indios para su venta, pasó por la Isla Cubagua- Venezuela-, Curasao, Santo Domingo, El Cabo la Vela, Isla Margarita, Cartagena, Santa Marta, donde combatió a los tayronas de la Sierra Nevada, junto a Pedro de Ursúa. A finales de 1553 se encontraba en Santa Fe de Bogotá para pasar nuevamente a Cartagena donde, en 1555, después de 19 años de aventuras, decide hacerse religioso, ordenándose sacerdote.
 
Fue cura en Cartagena en los años 1560 y 1561, para finalmente ser trasladado a Tunja- Santiago de Tunja como se llamaba en aquél entonces- donde permaneció sus últimos 45 años. Muere en 1607 a los 85 años.
 
 
Monumento a Juan de Castellanos en la plaza Bolívar de Tunja
 
Instalado en Tunja dedica su vida a la escritura. De Castellanos se conocen tres obras, todas de carácter histórico: Elegías de varones ilustres de Indias, Historia del Nuevo Reyno de Granada y Discurso del Capitán Francisco Drake. Se le atribuyen, además, otras dos: Historia Indiana y Libro de octavas rimas de la vida, muerte y milagros de San Diego de Abalá, cuyos manuscritos han desaparecido.
 
Las obras de Castellanos versan sobre los principales sucesos de la conquista española en tierras de América, pero principalmente sobre los relacionados con las Antillas, Costa Firme, Nueva Granada y la Gobernación de Popayán. Para escribir estas obras, que por su extensión constituyen una vasta crónica rimada que consta de más de ciento cincuenta mil versos  endecasílabos, se sirvió Castellanos de noticias recogidas por él personalmente, durante su vida aventurera, y de las informaciones  que le dieron sus compañeros acerca de las expediciones en las que no tomó parte. Castellanos extractó, además, páginas de los escritos del fundador de Bogotá, Gonzalo Jiménez de Quesada.
 
Portada de obra Elegías de Varones Ilustres de Indias . Edición de 1589

La obra que ha dado mayor notoriedad a Juan de Castellanos es el poema histórico Elegías de varones ilustres de Indias. La primera parte se publicó en Madrid, en 1589, mientras que la segunda permaneció inédita hasta el siglo XIX, cuando fue publicada en Madrid en 1874. El propósito inicial de Castellanos fue escribir una simple crónica en prosa de los sucesos de la Conquista, pero, a instancia de sus amigos, deseosos de que Tierra Firme alcanzase la gloria que dio a Chile La Araucana de Alonso de Ercilla, versificó la ya iniciada prosa de su obra.
 
Más que como poeta debe juzgarse a Castellanos como historiador; como tal es siempre imparcial y veraz, y su criterio científico es bastante exacto. Condena a los funcionarios sobornables, la desmoralización de los soldados, la injusta distribución de las conquistas; sus ideas respecto a la conducta de los españoles con los indios son sensatas. Abundan en la obra las noticias arqueológicas, de historia natural y sobre  las costumbres de los aborígenes, todas ellas de gran interés.
 

Otra placa dedicada a Juan de Castellanos(1)

Menéndez Pidal definió la obra de Castellanos como la del Homero americano, por su fidelidad al contexto histórico donde fue escrita.
 
(1) La placa contiene un error. El año de la muerte de Juan de Castellanos es el 1607.
 

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