El pasado miércoles recalamos en
Honda, camino de San Agustín, después de
haber partido de Cúcuta. En Honda nos encontramos con dos manifestaciones
culturales muy interesantes. De un lado conocimos el Museo del río Magdalena, a quien le
dedicaré la siguiente entrada y, del otro, el fenómeno que se estaba dando esos
días, conocido como la subienda.
Para entender bien este fenómeno hay
que conocer las dinámicas hidrológicas del río Magdalena y el sistema de
ciénagas que bordean el río en su curso medio y bajo.
Las ciénagas son zonas planas que se
inundan de agua no corriente en las crecidas de los ríos, en este caso del
Magdalena, con el que se conectan. Actúan como filtradores naturales de agua,
gracias a su vegetación que almacena y como reguladoras de los niveles de los
ríos, almacenando las aguas que traen cuando aumenta su nivel por las lluvias
durante el invierno y dejándolas salir a través de los caños cuando el
nivel disminuye durante el verano.
Estas aguas de las ciénagas se
caracterizan por ser poco profundas y estar estancadas, donde crece vegetación
acuática sumergida y flotante como algas, lirios de agua, y juncos, y habitan
diferentes especies peces, aves, pequeños mamíferos, ranas, reptiles e
insectos.
Pescadores en una subienda en Honda. Foto de archivo |
En el río Magdalena, la dinámica
hidrológica y climática imprime un carácter de alta productividad a
sus ecosistemas; las épocas de subienda y
bajanza propician las migraciones de reproducción y alimentación y regulan la actividad de los pescadores en los ríos y
ciénagas.
La subienda se produce
en la época seca, que coincide en los tres primeros meses del año. Los nicuros,
bocachicos, bagres y blanquillos salen de las ciénagas y remontan el río para
desovar. En aquellos sitios donde se estrecha el río, como en algunas zonas de
Honda, los pescadores aprovechan para pescarlos.
Así que se instalan en las riberas del río,
incluso instalan sus tiendas de campaña para dormir a pie de río y lanzan las atarrayas y el cóngolo – una especie de
redeño con mango de madera- que tienen que manejar
en contra corriente, para sacar todo lo que se menea en el río.
Lanzando la atarraya en el río Magdalena. Foto de archivo |
La subienda para los pescadores
supone lo que en España se conoce como hacer el agosto. Son días de mucha pesca
donde éste saca todo lo que puede para equilibrar el resto del año. En las buenas subiendas se podían pescar hasta 60.000 toneladas del pescado a lo largo de todo
el río y participaban unos 5.000 pescadores.
Vimos durante el día muchos
pescadores haciéndolo y por la noche instalan alumbrados eléctricos
en sus orillas para seguir pescando. Es la gran fiesta de la pesca fluvial,
todo un espectáculo.
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